Rubius
Un bebe que tranquilamente podría cargar solamente con mis manos, descansaba en el medio de la cunita que la clínica había aportado. Este algo rojo, tiene unos mofletes muy grandes y de lejos se le nota que será muy parecido a Mangel. Mi sonrisa es más grande de lo que nunca había estado.
Noah nació, mi sobrino.
Tengo que hacer fuerza sobrenatural por no soltar las lágrimas de emoción, un cariño instantáneo y enorme me abraza y cuando toco una de las manitos de Noah, siento como todo ese calor y amor son transmitidos a mi sobrino.
--Lávate las manos antes de tocarlo – dice Mangel. Me sobresalto algo alarmado, ¿Qué tan frágil es un bebe?
--Vale – me dirijo hacia el baño donde Alexa está terminando de ponerse alcohol en gel. Que lista. Tiene los ojos llorosos y unas lágrimas cayeron por sus mejillas.
--Hey, ¿Qué sucede? – pregunto mientras paso una de mis manos en su mejilla. Se acurruca en ella.
--Nada, es que... están todos tan felices, mi sobrino nació y es una de las sensaciones más hermosas que sentí. Verte allí observándolo como si fuera tu todo me emocionó. Eso es todo.
--Ven aquí – la abrazo pasando mis manos por su cintura. Ella me rodea con sus brazos y me aprieta tanto que siento que me quedaré sin aire. Rio un poco y segundos después nos separamos.
Vuelvo hacia la sala donde están los recientes padres con su bebe, y me dirijo automáticamente a Noah para cargarlo. Tomo con cuidado su cabeza y con mucha delicadeza lo recuesto sobre mis brazos. Se mosquea un poco para luego volver a dormirse profundamente. Un suspiro con una gran sonrisa sale de mí. Paso suave mi nariz por su moflete, es muy suave.
--No te encariñes mucho con él, que es mi hijo no tuyo – murmura Bea algo somnolienta.
--Vamos, dejarás que el tío Rubius lo mime, ¿no? Le enseñaré como ligar y será un casanova como yo – digo en broma.
De repente siento que todo dentro de mí se revuelve y como todo parece querer salir por mi boca. Mierda. Mangel ve mi cara de desesperación y corre hacia mí para coger a Noah. Cuando por fin está a salvo en los brazos de su padre salgo corriendo al baño para agacharme en el suelo y vomitar mi almuerzo.
Después de unos minutos salgo ya algo mejor, y una enfermera viene hacia mí.
--¿Se siente bien?
--Si, solo me he mareado.
--Ha estado así unas semanas – comenta Mangel.
--Dejame verte... - pasa una luz brillante por mis ojos y luego revisa mis latidos de corazón – no es nada, es un simple catarro que te ha agarrado con las defensas bajas.
[...]
Días después los padres primerizos se encuentran instalados en el piso de Mangel. Han decidido vivir juntos por el bien de Noah.
La mama de mi amigo y la de Beatriz le dan unos últimos besos con ruido a su nieto y se marchan con grandes sonrisas en sus rostros. Es tierno ver que los apoyen en esto.
--Mangel, iré con Alexa de compras, necesito pastillas para el dolor. Cuida a Noah.
--Vale – murmura Mahe mientras mece a su hijo en brazos, está a punto de quedarse dormido. Antes de irse mi novia se acerca y me besa con desespero. Le sigo un poco el juego y luego se separa de mí para irse. Últimamente está muy cariñosa.
--Tienes ojeras – rio mientras Mangel recuesta a Noah en su cunita.
--Es que no duerme mucho de noche, solo llora... tú también tienes ojeras.
--Es que he estado vomitando toda la puta noche. Y tengo unas nauseas a cagar – el me mira un poco serio – ¿Qué sucede?
--Aun antes de enterarme que Bea estaba embarazada de mí, yo tenía náuseas y me sentía mal. Luego la doctora me dijo que era normal que el padre tenga los mismos síntomas que la madre.
--¿Insinúas que Alexa está embarazada? – el asiente - Imposible. Nos cuidamos muy bien, además está en su regla. Lo sé porque siempre que esta cariñosa conmigo es por la regla. Que putada – rio recordando eso. Creo que me reí muy fuerte porque el llanto de mi sobrino no tardo en sonar. Mangel me dedica una mirada de odio y yo solo susurro un "lo siento".
Quince minutos después Alexa y Bea llegan con una bolsa con medicamentos. Mi novia tiene los ojos rojos he hinchados, como si hubiera estado llorando por horas.
--Esta noche dejaremos a Noah con mi madre, saldremos a una discoteca hoy – informa Beatriz. Todos estamos de acuerdo.
--Bueno, os dejaremos tranquilos. ¿Vamos, cariño? – le pregunto y trato de decirle con la mirada que debemos hablar.
--Sí, tengo que darme una ducha.
Nos despedimos de los chicos y nuestro sobrino, y nos vamos rumbo a mi piso. El camino es muy tenso y silencioso, es como si no nos conociéramos. Cuando por fin llegamos lo primero que hace Alexa es ir al baño unos minutos. Aprovecho ese tiempo para chequear Twitter.
Sale del baño y se sienta a mi lado, aprovecho para abrazarla por los hombros.
--¿Qué te sucede?
--Nada.
--No me mientas. Sé cuándo algo te afecta y esta vez no es emoción por el nacimiento de Noah. Algo te está lastimando, quiero saber que es.
--Que no es nada. Solo estoy algo sensible – se sienta sobre mí y empieza a dar pequeños besos en mi cuello
–No intentes evadir el tema que te conozco. No hare ningún movimiento hasta que me lo digas.
--¿Seguro que podrás quedarte quieto?
Comienza a desabrochar botón por botón su camisa, hasta quedar solo en sostén. Reparte otra vez besos por mi cuello, para luego darme unos cuantos en la boca; trato de no seguir el beso pero es algo literalmente imposible. No me puedo resistir a ella.
Como veo que me reúso, baja otra vez sus labios, pero esta vez a la parte baja de mi clavícula.
--Lo siento, tendré que usar tu debilidad para convencerte.
Y me deja una marca. Eso inmediatamente me pone palote y hace que una corriente de excitación pase por todo mi cuerpo. No creo poder seguir aguantando.
--Vamos, sé que te gusta Rubén, ambos sabemos que te pone.
Muerdo mi labio inferior cuando empieza a dar pequeños saltitos sobre mí; aunque tengamos la ropa puesta, me pone a tal grado de llegar a mover mis caderas inconscientemente. Ella gime.
--Prométeme que luego de hacerlo, me dirás el porqué de tu tristeza.
--Lo prometo.
Eso es suficiente para que ahora cambiemos de lugar y yo este sobre ella. Comienzo a quitarle su sostén junto con su jean y bragas. Admiro su cuerpo con la mirada, el hecho de que este mas rellenita hace que tenga más tetas, y eso me encanta de sobremanera. Ella aprovecha mi transe de admiración para sacarme mi camiseta seguido de mis jeans.
--¿No te parece familiar esto? Tu y yo en el sofá de mi piso...
--Como nuestra primera vez – larga una risita muy tierna – te amo, Rubén.
--También te amo. Más que a nada.
Terminamos de sacarnos las prendas que nos quedaban y me encargo de besarla lento y suave, para hacerle saber que siempre voy a estar para ella pase lo que pase. Con gentileza entro en ella robándole un gemido y varios suspiros cuando empiezo a embestirla. Ella se encarga de mirar cada centímetro de mi cara como si tratara de guardar cada detalle en sus recuerdos.
Es extraño como se mantiene callada, habitualmente es muy ruidosa.
Tiempo después llegamos los dos al clímax y me recuesto junto a ella, abrazándola. No sé porque siento que esta vez hacer el amor fue diferente, como si algo hubiera cambiado.
--Tendríamos que alistarnos para salir, dentro de media hora tenemos que estar en la discoteca.
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Un Paso a la Fama [Rubius] • 2nda Temp. "Enemigos Con Derechos"•
FanfictionAlexa y Rubén creían que lo peor a lo que se te tendrían que enfrentar a sus dieciocho años era tomar la decisión de que carrera estudiar en la universidad, o preocuparse en sacar la licencia de conducir como era el caso de Rubén. -- ¡Es que ya...