Despertar, y ver tu carita reír...

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Exactamente al mediodía, Samuel despertó, y, para su sorpresa, la casa estaba impecable. Mientras se levantaba, oía algunos suaves golpes que provenían del comedor; por lo que se dirigió hasta allí y observó a Marilyn más hermosa que nunca. Estaba acomodando los objetos de los estantes. Cuando la mujer lo vio, fue corriendo a abrazarlo, y con una voz dulce le dijo "Gracias por todo". En ese momento derramó una lágrima, pero prosiguió: 

-Descansé todo lo necesario, y al despertar decidí empezar de nuevo. Ya ordené casi toda la casa, sólo resta un poco. En una hora iré a trabajar. 

-Me asombraste. -dijo Samuel- No creí que pudieras hacer tanto sola y de repente. Creo que es hora de irme, ya estás bien.

-No, aún debo decirte algo. -Y diciendo esto, Marilyn puso la mano de Samuel sobre su vientre- Estoy embarazada. Sé lo que pasó con tu hijo, esta es una nueva oportunidad. Quiero que seas el padre, aunque no biológicamente. 

El hombre quedó boquiabierto, pero esto no significó una negación. 

-¿Estás segura? No sé, no creo merecerlo... 

-Confío en vos, no pierdas esta oportunidad por verdades inciertas de tu cabeza. -Replicó Marilyn-

Samuel derramó algunas lágrimas y aceptó, y, desde entonces, no volvió a ser el mismo. Su vida se transformó nuevamente. Esta es la poesía que escribió ese mismo día: 

 Veo pasar mi gran vida,

desde aquellos tristes días,

donde no había salida.

-

En mi ayer siempre están,

pero en el hoy ya no más.

Así, decido cambiar.

-

Si por ustedes lloré,

estuve muy equivocado.

La chance se presentó,

y ya cobré convicción.

-

  Así quedarán callados,  

inmerecidos pasados;

porque ganando saldré.

  y se los dedicaré.  

Injustos, basta ya.

Lo perdí todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora