Capitulo 3

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Hora de ir a la cena en casa de Anne.

- ¿Por que debo ir? - Me queje caprichosamente con mi madre.

- ¡Porque Anne nos ha invitado a todos! A mi, a ti y a tu hermano. Asi que deja de renegar y camina. - Llegamos a la puerta de esa enorme casa. Por mas grande que fuera, me daba la sensacion de que estaba vacia, muy vacia. Anne nos abrio la puerta antes de que mi madre tocara el timbre. Ella lucia esplendidamente bien, se notaba que se habia preparado para esa noche tal asi como mi madre. Sin embargo David y yo vestimos normal.

Entramos a la sala, era espaciosa,solo unos pocos muebles y viejas pinturas la decoraban. Un detalle llamo mi atencion, debajo de un cuadro que mostraba un espiral hecho de fuego, habia una mesa igual a la nuestra. Eso no fue en lo que me puse a pensar, sino mas bien en el espejo que nosotros teniamos sobre aquella mesa. En esa sala no habia ningun espejo, ni siquiera uno pequeño. Si hubiera sido otra la situacion, no hubiese prestado atencion a algo tan tonto como aquello, pero mis sentidos e intuicion se habian agudizado esos dias.

Mientras me perdia en el absurdo pensamiento sobre espejos, Harry bajo las escaleras con una sonrisa dibujada por la alegria que, seguramente, no sentia.

- ¡Buenas noches! - Saludo a todos. Estaba vestido como la primera vez que lo vi, con esa calurosa chaqueta de cuero y pantalones rojos.

Cuando la cena finalizo,algo en mi se alegro de saber que me iria de alli, pero Anne nos sorprendio diciendo que habia preparado un postre. El simple hecho de que Harry se levantara de la mesa y fuera hacia la cocina a buscarlo fue para mi una gran oportunidad. Tome el espejo de mano que llevaba en mi bolso y distraidamente fui hacia donde el.

- Con su permiso, voy al baño. - Me excuse al levantarme del asiento. Entre por la puerta donde el habia ingresado antes y me encontre en un pequeño pasaje donde solo habia otra puerta. La abri un poco y divise la cocina y a Harry abriendo la heladera. Fue un gesto raro de mi parte, pero mire por todos lados para descubrir que alli tampoco habia espejos.

El dejo el postre en la encimera y yo puse el espejito a la altura de mi oreja para poder verlo, justo en ese momento el dejo de desempaquetar el postre que, desde donde yo estaba, se divisaba una deliciosa tarta. Harry se quedo mirando unos segundos a la nada y luego siguio con lo suyo. Aproveche el momento y mire hacia el espejo, pero ni siquiera pude ver mi propio reflejo ya que la puerta de la cocina se abrio bruscamente.

- ¿Que haces aqui? - Pregunto el con brusquedad. Con el espejo en mi mano solo se me ocurria una excusa.

- Revisaba mi maquillaje. - Sone convincente, pero cuando la vista de Harry se poso en la lampara apagada del pasillo, supe que no me creyo.

- Escuchame una cosa y espero que te entre en la cabeza porque la dire solo una vez, al menos por las buenas. ¡No te hagas la curiosa conmigo porque te ira muy mal! - No habia cosa que detestara mas que me gritaran, y el lo estaba haciendo.

- ¡Hey! Calmate, a mi no me hables asi, ni siquiera sabes quien soy.

- Se mejor que tu quien eres, ahora pierdete de mi vista. - En cuanto volvi a sentarme en la mesa y veia como Harry dejaba el postre sobre esta, solo pensaba en una cosa: "Se mejor que tu quien eres".

¿Que habia querido decir? Pensaba, pero no podia entenderlo, ya de por si era dificil de entenderlo a el.

El poco tiempo que duro el postre transcurrio igual de animado para Anne y mi madre, y algo tenso entre Harry y yo. Hubiese deseado tener mi propio mundo como David, quien parecia estar ausente ahi pero en realidad solo estaba quieto y callado a mi lado. Nos despedimos de ellos para encaminarnos a nuestro hogar y por un momento, mientras caminaba por la vereda y el viento choco contra mi cara, crei oirlo repetir: "Se mejor que tu quien eres."

Mi vecino es un vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora