Cata

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El tiempo se paralizó a pesar de que yo había recobrado la compostura, un copo de nieve se posó en mi nariz y se derritió, ha llegado la Navidad pensé.

Después, todo volvió como antes, Max posó su rostro a penas a dos metros de distancia del mío.

-Cuanto tiempo, te has escondido bien, me ha costado encontrarte, pequeña zorra.

-Sí, ha pasado mucho tiempo, esperaba que te hubiera costado más.

-Te vuelves conmigo a España ya.-Dijo Max algo irritado

-No tienes ningún poder sobre ella-Dijo James  separándolo un poco de mí.

-Eso lo dirás tú, rubiales.- Dijo dándole golpecitos en el pecho.

-Max, no tienes ningún poder sobre mí.- Dije dudosa, pensé en todo por si realmente existía algo que me ligaba a él.

-Tengo a Marvin.- Dijo poniendo una sonrisa malévola a la vez que victoriosa.

-Lo tenían mis padres, nunca vivió con nosotros, lo odiabas.

-Y lo sigo odiando, tus padres son un poco despistados y dejan muchas ventanas abiertas. Únicamente lo tengo para hacerte sufrir.

-¿Está aquí?-Dije con la voz quebrada.

-Puede.- Dijo descolgando la mochila de su hombro y abriéndola lo mínimo para dejar ver a Marvin durmiendo.

-Si no lo quieres dámelo.

-Vuelve.

-Jamás.

-Despídete de Marvin, espero que le gusten los ríos.

-Hijo de p***-Dijo James tirándose encima de él.- Cógelo Anna, Connor llama a un taxi e iros los tres.

-James...- Dije mientras Connor paraba un taxi y Anna se metía.

-Vete.

-Sin ti, no.- Dije tirando de él, salimos corriendo y entramos en el taxi, Max tardó un rato en levantarse del suelo y no le dio tiempo a perseguirnos.- Anna, dame por favor.- Anna me tendió la mochila y saqué a Marvin.

Marvin era mi gato desde que tenía memoria, cuando me fui con Max se quedó con mis padres porque Max no le aguantaba y parecía que ahora lo había raptado. Era blanco, de ojos azules, con las puntas de las orejas, la cola y las patitas negras. Era pequeñito, tenía un problema por el cual no podía crecer. Yo lo había adoptado, ya que lo iban a matar porque nadie quería un gato con problemas.

Abrió los ojos al sentir el calor de unas manos, cuando me vió comenzó a lamerme la cara y las lágrimas empezaron a caer por mi cara mientras él las limpiaba. Le atraje hacia mí y le acurruqué, el ronroneba sin parar, estaba tan contento como yo.

-Lo siento por todo pequeño- Él solo ronroneó a modo de respuesta.

Estaba llorando, llorando de felicidad y no me importaba verme vulnerable.

Ahora mismo me acababa de dar cuenta de que no tenía miedo, era libre de vivir mis sentimientos sin miedo a enfrentarlos. Tenía un sentimiento de ~Fearless~

Llegamos al hotel y mientras James acompañaba a Anna con sus padres para volver a casa, Connor cogió a Marvin de mis brazos y lo achuchó.

-Es adorable.

-Es lo mejor que tengo.- Connor puso una mueca de desacuerdo.- Y vosotros también.

-Así me gusta.

-Nos vamos a mi habitación, adiós Connor.- Cogí a Marvin y nos fuimos a mi habitación.

Abrí la puerta y la cerré detrás de mí. Solté a Marvin en la cama que ya estaba echa y me senté a su lado.

Fearless (The Vamps)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora