Capítulo 12

397 20 0
                                    

En menos de segundos mis ojos ya estaban inundados en lágrimas. Mi cuerpo completo tembló y pensaba que en cualquier momento mi corazón dejaría de latir. Si antes me angustiaba ver un beso entre Eduardo y Vanessa, esta vez me había provocado más que eso. Me sentía destrozada e incluso muerta en vida. Mis pies se movieron solos y emprendieron paso decidido al lugar donde Eduardo y la chica plástica no dejaban de babearse la cara.

—Edu, Eduardo... ¿Qué diablos estás haciendo? —musité con la voz quebrada cuando toqué, palpé la espalda de Eduardo. Ambos se detuvieron enseguida y mi mejor amigo se volteó para darme la cara. Su mirada estaba seria, más que nada... Desinteresada. La muchacha al notar mis ojos vidriosos sonrió y me lanzó una mirada acusadora.

—Ya puedes dejar de actuar —sonrió mientras abrazaba a Eduardo por el cuello. Agité torpemente la cabeza y miré a Eduardo confundida. ¿acaso le había contado todo?

—Vanessa tiene razón, puedes dejar de actuar, ya lo sabe todo —murmuró con frialdad. Me quedé en silencio tratando de analizar con profundidad lo que Eduardo planeaba hacer, tratando de inferir porque le había dicho todo, quería llegar a saber cual era su plan. Lo peor de todo era que... Yo no estaba actuando, yo estaba demostrando mis sentimientos que estaban escondidos detrás de la mentira que Eduardo había creado. Ahora... ahora si debía actuar y hacer creer al resto de que estaba feliz por ver la reconciliación de mi mejor amigo y su novia.

—Oh... —sonreí con cinismo— Entonces ya sabes todo... Hmm... —¿qué se suponía que debía decir? ¿felicitarlos acaso? —¡FELICITACIONES ENTONCES! Ya era hora de que volvieran a estar juntos —carcajeé, lo que por dentro era un llanto desconsolador. Ambos me miraron serios... ¡¿QUÉ ERA LO QUE ESPERABAN?! La chica cambió enseguida la expresión, supuse que esperaba que mi boca atravesara el suelo y comenzara a llorar, pero no.

—Gracias —musitó aún serio Eduardo.

—Si, eso... gracias —articuló sin mucho interés y alejó su mirada para llevar sus rojos labios al cuello de mi mejor amigo y depositar cortos, pero infinitos besos.

Suspiré y sin decir más me alejé de tal cuadro, figuré que solo estaba sobrando. Salí 20 minutos antes de clases para llegar a la hora correcta a casa, quería estar lo antes posible en mi hogar para encerrarme en mi cuarto y lamentarme por haber dejado que Eduardo hubiese jugado de esa manera tan cruel conmigo... ¿Cómo podía? Sé que solo estaba actuando, pero... Podía jurar que hace un día atrás me había besado con deseo, que había un sentimiento involucrado... Que me había estado entregando algo especial en cada beso. Llegué a la puerta de mi departamento con las manos temblorosas y con los ojos rebalsados en lágrimas de tanto pensar en la fría actitud que Eduardo había tenido conmigo, en el perfecto beso que se daba con Vanessa. Trataba de meter la llave correcta en la cerradura, pero ni si quiera en eso podía concentrarme.

—¿Por qué no me esperaste? —escuché una serena, pero seria voz a la vez detrás de mí. Me quedé frente a la puerta, no quería mirarlo a los ojos, ni si quiera quería verlo. ¿Acaso aguardaba a que lo hubiese estado esperando luego de que ni si quiera me prestó atención? ¿después de que se marchó a clases sin siquiera avisarme? ¿acaso piensa?

—No pensé que me traerías después de que me dejaste plantada esta mañana —susurré aún sin girar, quería entrar luego a casa.

—Tenía que hacer cosas, lamento no habértelo comentado —lo escuché susurrar, aún sin mayor interés.

—No te preocupes, de todas maneras... Pensé que te quedarías más tiempo con tu novia, por cierto... Me alegra que hayan vuelto... —musité con la voz apagada, no tenía que haberlo dicho, hice que el nudo en mi garganta me ahogase.

—¿Puedo pasar? —preguntó con la misma frialdad. ¿para que quería tener su compañía cuando me trataba de esa manera?

—No, hmm quiero estar sola —musité y por fin una de las llaves entró a la perfección en la cerradura.

Think Of You |Eduardo Vargas| [adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora