Capítulo 7

502 29 0
                                    

Día martes. Fui vestida así al cole...

Caminé hasta la puerta de mi casa y suspiré dejando que un poco del nerviosismo se alejara de mi cuerpo, como si eso fuese posible

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Caminé hasta la puerta de mi casa y suspiré dejando que un poco del nerviosismo se alejara de mi cuerpo, como si eso fuese posible. Abrí la puerta y sentí el corazón detenerse en seco cuando me encontré con Eduardo, brazo en alto y puño cerrado; apunto de tocar la puerta.

—Ahí estas, novia mía que bella estas hoy —dejó a la vista esos pequeños y perfectos dientes brillantes.

—Hola —saludé común y corriente, relajada, calmada, tranquila solo estas haciendo un favor que tarde o temprano te romperá el corazón, nada más.

—Recuerda, apenas pisemos los pasillos del colegio tomarás de mi mano y sonreirás como si esta relación fuese lo que más has querido en toda tu vida, lo más maravilloso que te ha pasado, lo más... —¡YA BASTA!

—Está bien —sonreí interrumpiendo las reglas que estaba poniéndome en frente— Actuaré como se ma plazca, por si no lo recuerdas me tienes obligada a esto —¡AL FIN! Había estado esperando hace un largo tiempo a que mi personalidad apareciera. No me di cuanta cuando Eduardo ya estaba estacionando su gran vehículo a las afueras de la preparatoria.

—¿Lista? —sonrió con malicia antes de salir del auto.

—Eso creo —tomé aire profundamente y luego suspiré.

—Aquí vamos —cantó seductor y se bajó del auto para correr rápidamente hacia mi puerta y abrirla como todo un caballero. Debería hacerlo más seguido ¿No? Okay, no todos los días soy su novia. Sentí la piel de su mano chocar con suavidad en uno de mis hombros descubiertos y deslizarse hasta mi mano para así entrelazar sus dedos con los míos. ¡GENIAL! ¿acaso no tenía mejor manera de erizar mi piel?

—Te vestiste perfecta para la ocasión ¿sabías? —susurró en mi oído derecho. ¿desde cuando hacía un comentario al respecto de lo que traía puesto? La verdad es que nunca había opinado sobre mi forma de vestir, lo que a veces me llevaba a pensar que no tenía gusto para vestirme.

—La verdad que ese vestido sin hombros... Te queda... Fabuloso —me observó de pies a cabeza y mordió su labio inferior.

—No es necesario que también actúes tus comentarios sobre mi ropa ¿si? Es mucho con que ahora tengamos que fingir ser novios —musité sin expresión alguna.

—¿Y alguien a dicho que estoy actuando? —me sonrió con picardía y luego volvió a mirar hacia el frente.

Los primeros pasos en los pasillos y ya éramos el centro de atención, creo que nadie se esperaría que un día llegaría tomada de la mano con Eduardo ¿O si? A lo lejos del pasillo pude ver a una cabellera teñidamente rubia, era Vianessa perdón Vanessa. Sentí la presión en mi mano ejercida por la de Eduardo, de seguro estaba nervioso, yo solo sonreía para mis adentros, me sentía mala y eso me producía una gran atracción, después de todas formas... Eduardo de alguna u otra manera... Era mío. Al pasar a si lado, la muchacha abrió unos grandes ojos y le sonreí con la mejor cara, no sabía cuales eran mis movimientos, solo sabía que mi corazón estaba como una fría roca frente a ella. Después de todo la odiaba.

—¡WOW! —exclamó Eduardo cuando ingresamos al salón de clases— Eres mejor actriz de lo que esperaba, te felicito —me alabó con una gran sonrisa en el rostro.

—No tienes idea de lo buena que puedo llegar a ser —musité sin prestarle atención mientras sacaba mis libros.

—Oh, entonces perfecto, porque en el descanso si que tendrás que actuar —me golpeó suavemente con el codo y yo solo cubrí mi hipocresía bajo una sonrisa. A pesar del misterio que Eduardo escondió sobre la frase "...en el descanso si tendrás que actuar" me causó una gran desconcentración durante toda la hora de clases, a pesar de que fuese mi materia favorita. La campana sonó, lo que fue un aviso a mi corazón, ahora podía acelerarse más de lo normal, provocando que los doctores detectaran que la arritmia en mi sistema había aumentado.

—Ven —dijo apresurado y me tomó de la mano para arrastrarme por los pasillos hacia el patio trasero.

—¿Por qué venimos aquí? —pregunté con tono indefenso... No había nadie.

—Vanessa acostumbra a venir aquí ¡TODOS LOS DÍAS! Es perfecto ¿No? —articuló emocionado.

—Y si, tienes razón... Justo ahí... —no alcancé a emitir ninguna otra palabra cuando tomó de mis brazos, me empujó contra un árbol, presionó mi cuerpo y capturó mis labios llenándome de sentimientos nuevos. Tomó mis extremidades y las condujo hasta su cuello. El simple hecho de que sus labios se expandieran cada vez más me dejaba helada, pero tranquila, solo tenía que seguirle el juego. Mordió mi labio inferior, ladeó la cabeza y dio acceso a su mentolada lengua a mi cavidad bucal para iniciar con un placentero recorrido turístico. A pesar de que el árbol no fuese la mejor pared, me sentía más cómoda que nunca, su cuerpo estaba tan acoplado al mío que solo podía sentir mis manos en libertad, y eso... Estaban muy entretenidas enredándose en el suave cabello de Eduardo.

******
Lamento no haber actualizado antes pero ayer tuve un problema y hoy estuve trabajando, espero me entiedan.
Besos.💋😘

Think Of You |Eduardo Vargas| [adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora