Rearrange [ChanSoo]

1. Troublemaker

Soltaba profundos suspiros, con los ojos cerrados y los labios entreabiertos.

Los movimientos de sus manos se hacían cada vez más rápidos, su miembro estaba palpitando y una corriente eléctrica recorría todo su cuerpo, arqueaba su espalda ligeramente.

—Ahh— comenzó a gemir suavemente cuando finalmente un líquido blanquecino salió de la punta de su miembro —ahh ahh— la corriente eléctrica se convirtió en pequeñas oleadas de una extraña sensación que le encantaba.

Y mientras calmaba su respiración, soltó un profundo suspiro y abrió los ojos lentamente hasta que sus ojos vislumbraron la habitación en la que se encontraba.

—Ahh~ buen inicio de semana— soltó su falo y la mano que usaba para masturbarse la sacudió un poco en el aire, para limpiar el exceso de semen que había caído sobre su puño. Rodó sobre la cama y se quitó las sábanas de encima.

—Que flojera— decía con voz perezosa mientras ya parado, estiraba sus brazos. Se rascó la pancita ligeramente y bostezó, estaba totalmente desnudo y así caminó hasta el escritorio de su habitación y encendió el mini componente a un volumen nada apto para una mañana de lunes.

Mientras la música tocaba de fondo él cantaba feliz y escandalosamente la letra de la canción.

—I'm not triyin to cause a big s-s-s-sensation— en inglés no muy bueno pero si muy energético, se ponía los jeans ajustados y rasgados en color negro, una playera un poco holgada en color negro también, se tumbó a la cama para ponerse las botas de estilo militar de siempre, estaban ya muy usadas y su estado deteriorado las hacían verse bastante cool.

—Talking 'bout my generation— ataba las agujetas de ambas botas, dio un salto de la cama y rebuscó entre una pila de ropa sucia una camisa a cuadros para ponérsela encima. Salió de la habitación, jaló la mochila y se la colgó al hombro y sin decir ni una palabra salió de casa. Con los auriculares en los oídos y la música a todo lo que daba, caminaba por las calles revolviendo su cabello en un intento por peinarse de una manera que no se viera elaborada.

Pateó una lata de aluminio que se cruzó en su camino y cantaba en voz alta la canción que sonaba desde sus auriculares, bailaba un poco de vez en cuando. Había avanzado algo ya de camino cuando de uno de sus bolsillos sacó un cigarro, lo colocó entre sus labios, de una bolsita de su camisa obtuvo un encendedor y prendió fuego a su cigarrillo.

Echaba humo por la boca, la música sonaba fuertemente en sus oídos, su andar era desinteresado, no había nada en la vida que realmente le importara, aún tenía 16 años y no pensaba en nada más que disfrutar de su adolescencia.

Como siempre, había llegado tarde a la escuela, ya todos estaban en clase, la puerta principal de la institución estaba cerrada, pero como todo un experto, lanzó su mochila del otro lado de la reja de metal y comenzó a escalar aquella estructura hasta que quedó del otro lado. Saltó al piso cuando sólo era poca la distancia que lo separaba del suelo. Cayó sobre sus manos y sacudió sus palmas del polvo del concreto, tomó su mochila y sin dejar de fumar, entró a los pasillos de la escuela, caminaba despreocupado por tener un retardo nuevamente.

Los pasillos estaban vacíos y se escuchaban los profesores hablar desde el interior de los salones, él caminó hasta su aula y abrió la puerta, al mismo tiempo que aventaba el cigarrillo en el piso y lo apagaba con una pisada.

—Tarde de nuevo— dijo el profesor viendo al alumno entrar sin decir ni una palabra —ya sabe dónde debe de ir después de clases, joven Do.

—Sí, lo que sea— habló sin interés tomando asiento en su lugar habitual, no sacó nada de su mochila, sólo se limitó a observar la clase con brazos cruzados y el entrecejo ligeramente fruncido. Odiaba la escuela y no entendía porque debía ir todos los días si de todas maneras siempre reprobaba todo.