Personalidad patológica

El gato

Las siguientes habitaciones no fueron la gran cosa, más que nada objetos oxidados, juguetes rotos, cosas que representaban una total desesperanza, no me extraña que tras la muerte de mis padres, mi vida fuera de esa forma, si, mis padres, ya había aceptado totalmente la posibilidad de que aquel chico del retrato era yo, quizás, en otra vida.

Entramos a unos de esos vagones con poca luminosidad, este no tenia absolutamente nada en su interior, o al menos eso creí cuando divise unos ojos azulados en la oscuridad, era un gato blanco, de pelaje fino y sedoso. Nuestros ojos conectaron, parecía querer decirme algo a través de esos orbes zafiros, pero el vínculo se rompió con facilidad, el felino dio media vuelta y avanzó al siguiente compartimiento.

Yo le seguí detrás, soltando la mano de Jin, escuche su gritó detrás, pero no me detuve, necesitaba saber donde iba ese gato, entre al otro vagón , pero no encontré rastro alguno de él.

- ¡¿Pero qué?!- Exclamé cuando la puerta se cerró tras de mi abruptamente.

- ¡Shun! ¡¿Estás bien?!- Gritó Jin del otro lado.

- ¡Estoy bien!- Grite de vuelta.

- ¡No puedo abrir la puerta!- Dijo y escuche golpes impacientes de su parte.

Intente abrirla, pero estaba completamente atorada.

- Esta atorada, tratare de buscar la manera de abrirte.

- ¡¿Qué?! ¡No! ¡Quédate ahí, la rodeare, saldré por la ventana si es necesario, solo no te muevas hasta que yo llegue!- Ordenó.

- Esta bien- Suspire, dejándome caer sentado en el suelo, para esperarlo.

No volví a saber de Jin en los siguientes minutos. Observe aburrido la puerta del otro vagón, pensándolo bien, no es tan malo que Jin se hubiera quedado atrás... Desde ahora todo lo que viera, sería más personal, me daría tiempo reflexionar las cosas mejor.

Un maullido me saco de mis pensamientos, el gato había vuelto y me observaba con esos ojos brillantes en la penumbra, le di un último vistazo a la puerta cerrada tras de mí, antes de decidir seguirlo.

No fue una buena idea...