- No puedo rodear, las ventanas tienes barrotes por fuera y... ¿Shun?
Me preocupe cuando no me respondió. No me digas que él...
- ¡Ha!- Escuché un grito, reconocí su voz.
- ¡Shun! Maldición...
Comencé a aporrear la puerta con mi cuerpo, una y otra vez, sin importarme el dolor o los moretones que comenzaban a formarse en mis brazos, golpe tras golpe, sacudida tras sacudida, la puerta no se movía ni un centímetro, pero no deje de intentar.
De pronto, la entrada se abrió, pase al otro lado bruscamente y casi me voy de cara al suelo si no fuera porque alcancé a apoyar mis manos antes de darme el golpe. Quede algo aturdido, pero el sonido de alguien tosiendo me hizo levantarme con rapidez e ir corriendo al otro vagón.
Me encontré en la misma habitación de antes, de luz tenue y un cuadro en el centro, descubrí a Shun en una esquina, suspire aliviado, está bien, o al menos eso creí hasta que me acerqué y le vi temblar si control, estaba arrodillado frente un charco, había vomitado recientemente.
- Shun...- Le llame suave para no asustarlo tocando su hombro, se sobresalto ante mi contacto, pero apenas verme salto hacía a mí en busca de un abrazo.
Lo recibí sin pensar, acogiéndolo en mis brazos con fuerza, acaricie sus cabellos con suavidad buscando calmarle.
- Shun...- Susurré llegado un momento- ¿Qué fue lo que paso? ¿Qué viste?
El no respondió, si no que escondió su cabeza en mi pecho. Quizás sea muy pronto para preguntarle. Nos quedamos así unos minutos, abrazados en silencio, compartiendo el calor del otro, hasta que él levanto la cabeza.
- Salgamos de aquí- Susurró, había un brillo extraño en sus ojos que no supe descifrar.
Le ayude a levantarse, y juntos fuimos al otro compartimiento, pero la suerte simplemente no estuvo de nuestro lado.
Era el vagón que había reflejado aquel espejo, la cuchillas oxidadas colgaban del techo, balanceándose lentamente, esta vez sin gotear sangre.
- Shun- Quise dar media vuelta y cubrirle los ojos, pero...
Él me empujo, caí hacia atrás dándome un fuerte golpe.
- ¿A qué viene eso?- Me queje sobando mi cadera, eso si había dolido, sobre todo después de lastimar mi cuerpo tratando de abrir aquella puerta.
Shun no respondió, alcancé a divisar el cuchillo en su mano derecha... ¿Desde cuándo?...
- Creó que ya lo sabías ¿no?... Mi característica...- Susurró frió- Soy un asesino.
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Personalidad patológica
RomanceUn mundo nuevo, lleno de maravillas y secretos, habitado por chicos que lo desconocen totalmente, viviendo en la ignorancia absoluta, sin reglas ni objetivos ¿Cuál es el propósito de estar ahí? Shun tratara de descifrarlo y de paso descubrir quien...