Beso precipitado

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Marinette empezó a trabajar en nuevos diseños para la pasarela que habría en dos semanas, es cierto que era muy poco tiempo para crear varios vestidos, pero la azabache estaba muy concentrada y dedicada en esto que para ella ya no era una imposibilidad, sino un sueño.

Les había encargado a cada uno la tarea que debían realizar y todos estaban siguiendo las indicaciones de Marinette al pie de la letra, aunque parecía que el jefe de producción no se veía muy satisfecho.

- Disculpe señorita, debo pasar al baño.-Bufó algo molesto.

La azabache no pudo entender porque siempre le lanzaba una mirada de odio cada vez que lo veía, simplemente lo ignoraba cada vez que lo hacía.

- ¡Señor Agreste, estoy harto!- dijo el hombre cruzándose de brazos.

- Pero... ¿Qué sucede? Cálmese señor.-dijo Adrien.

- Esa mocosa está quitándome todo lo que yo hice en meses, es posible que lo haga muy bien pero esto me corresponde a mí, y me parece una falta de respeto que venga como si nada a hacerme a un lado.-Comentó muy enojado.

- Perdóneme señor, no había notado sus celos hacía una mujer como la señorita Dupain.-Comentó el rubio en tono sarcástico.

- ¡No me tome por tonto señor! Ya está, yo renunció, no soportaré más esto.-Exclamó molesto.

- Es tu decisión, no te detendré.-dijo el rubio en tono serio.

- Bien...-dijo el hombre molesto.

Aquel hombre salió de la sala muy enojado, agarró todas sus cosas lo más rápido que pudo y solo se fue cerrando de un azote la puerta, después iba a traer lo demás que había dejado.
Marinette había estado escuchando todo, iba a dejarle a su jefe una carta que le habían mandado a Adrien así que aprovechó para ir a su oficina.
La azabache tocó la puerta y solo entró sin esperar respuesta.

- Esto fue mi culpa ¿Cierto?.-dijo sintiéndose culpable.

- Cálmese señorita Dupain, nada de la renuncia fue su culpa, él tomó su decisión.-dijo Adrien

- Pero... yo le quité su trabajo y es lógico que esté molesto, creo que no debí venir.-dijo Marinette dándose la vuelta.

Se sentía un poco apenada por estar llorando en frente del rubio pero no le importaba, se sentía horrible por algo que ni siquiera quería haber causado.
Sintió como dos brazos cálidos envolvieron su cintura, Marinette abrió los ojos de repente, se había sorprendido por aquel acto del rubio ¿Qué sucedía por su mente?

- No te sientas culpable.-dijo susurrándole al oído.- Sonríe, te vez mucho más linda al sonreír.-dijo él.

Marinette no pudo evitar sonrojarse en ese mismo instante, Adrien le hacía sentir cosas que ni ella podía explicar, todo esto la excitaba.

- Tus sonrojos son realmente encantadores y seductores.-Comentó el rubio.

Marinette no sabía como responder a sus impulsos, no creía nada de lo que estaba pasando, le parecía un sueño.
De un instante a otro, el rubio unió sus labios con la chica de cabello azabache.
Al principio quería alejarlo de ella pero luego se rindió y correspondió al beso siguiendo su ritmo, empezando con un ritmo lento para después darle rapidez y más ferocidad.
Pasó sus brazos alrededor del cuello del joven, no quería separarse más de él, luego sintió como su cintura era rodeada por los brazos del rubio, aún no entendía porque había tenido esa reacción repentina, pero parecía que lo disfrutaba.
Después de unos minutos Adrien se separó de ella lentamente, luego vio su rostro un poco confuso, tenía miedo de que la chica no quisiera verlo más o se enojará con él, había actuado por impulso pero no se arrepentía por aquel acto

- Adrien... yo...-dijo ella con nerviosismo.

- Tranquila princesa.-dijo tocando uno de sus cabellos.- No quiero obligarte a hacer algo muy repentino, te prometo que no voy a precipitarme.-dijo separándose de ella.

Ambos se miraron el uno al otro, ella sabía que esos ojos color esmeralda podían derretirla en un minuto, no quería esperar más, quería estar con él y lo sabía...

- Realmente no me arrepentí de nada, no quería separarme de ti. -pensó Marinette en su mente.

- Bueno...-dijo Adrien interrumpiendo.- ¿Tenías algo que decirme?

- Oh, sí, te mandaron una carta desde Roma.-dijo Marinette

El joven empezó a abrir el sobre, sabía muy bien que era del dueño de las empresas más grandes de diseño de todo París, su sede era en Roma, nunca imaginó recibir una carta de ese hombre.
Entonces empezó a leer la carta:

Mis cordiales saludos a usted y a todos sus fieles trabajadores señor Adrien Agreste, nos sentimos conmovidos por sus diseños del mes anterior, tanto que decidimos ir a ver su pasarela de modas, nos parece una brillante idea para ayudarles a dar un gran salto a su empresa, se transmitirá a todos los canales de Roma y varias ciudades de Italia, nos sentiremos honrados de presenciar algunos de sus diseños que seguramente está realizando, lo veremos allí en dos semanas.

Muchas gracias.
Sr. Stefano Ambrossini.

- ¡No lo puedo creer!-dijo el rubio en tono contento.

Marinette no entendió aquella reacción de Adrien, se le quedo viendo extrañada.

- ¿Qué sucedió?-preguntó curiosa.

- ¡Una muy buena noticia!-exclamó con alegría Agreste.

- Y si no me dices como quieres que reaccione, no soy adivina.-dijo en tono sarcástico.

- Muy graciosa, bueno verás, el dueño de la empresa Ambrossini's, Stefano Ambrossini, va a venir a visitarnos para venir a ver nuestra pasarela.-dijo el rubio alegremente.

- Espera un segundo... ¿El famoso Stefano Ambrossini? ¿El gran diseñador de toda Italia y Europa?-preguntó con entusiasmo.

- ¡Ese mismo!- dijo Adrien.

- iNo lo puedo creer!- dijo emocionada Marinette. - Siempre fue mi ejemplo a seguir, lo admiré desde que empecé a diseñar y ahora lo veré en persona.-dijo poniendo sus manos en su boca.

- Así es.-dijo Adrien.

- iAy! ¡No lo creo!-dijo la chica moviéndose de un lado a otro.

Estaba tan entretenida caminando de un lado a otro que casi resbalaba, pero por suerte detrás de ella sintió unos brazos que la sostuvieron, ella solo se dio vuelta, y miró como sus ojos esmeralda la penetraban por completo, otra vez está haciendo lo mismo.-pensó en su mente.
Él solo la miró como solía hacerlo, ninguno de los dos se atrevía a moverse, sabían que podían pasar en esa posición por mucho tiempo y nunca se aburrirían.

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Dudas y sugerencias en comentarios, espero me apoyen con un voto para seguir escribiendo esta historia.

Nos vemos hasta la próxima actualización.

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