Un paso más cerca

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Los cuatro jóvenes fueron al lugar donde habían ocurrido los hechos, el Salón Fontana Di Trevi, se acercaron a la puerta principal, pero claramente no estaba abierto, nadie dejaría la puerta principal abierta de un lugar tan famoso y lujoso.

Decidieron rodear la enorme estructura, se encontraron con una puerta trasera, John se acercó e intento abrirla, pero no sirvió, estaba cerrada.

— Cerrado.-dijo algo molesto.

— Es lógico, por más que lo intentemos, no lograremos abrirla.-dijo la castaña frunciendo el ceño.

— Félix, ¿Se te ocurre algo?-preguntó el ojiverde.

El rubio mayor observó a sus lados, hasta que sus ojos se fijaron en un ducto, una sonrisa se formó en su rostro, se le había ocurrido una gran idea.

— No me da confianza la cara del Agreste mayor.-comentó Lila dudosa.

— Oh vamos, confía en mí.-dijo guiñando un ojo.

Adrien se fijó en aquel ducto, la misma idea que la de su hermano había venido a su mente.

— Muy bien, nosotros te subiremos y tú vas y nos abres.-dijo el rubio.

— Pensé que nunca lo dirías.-dijo Félix sonriendo.

Los tres jóvenes se pusieron en posición mientras Félix subía a los hombros del rubio y la castaña, el italiano le ayudó para que no se cayera.

— ¡Apresúrate! ¡Pesas mucho!-se quejó la castaña.

— Oh vamos, no es para tanto.-dijo divertido.

— ¡Deja de bromear y súbete antes de que te golpee!-exclamó molesta.

— Está bien, pero no te pongas brusca.

Logró subir por completo, se adentró en aquel túnel oscuro, para su beneficio, aquel ducto era algo ancho, así que no tenía tantos problemas en adentrarse, aunque sinceramente no le agradaba nada la suciedad de ese lugar, pero debía hacerlo.

Cuando vio el lugar aclararse de a poco, notó que estaba llegando, estuvo al borde del ducto, bajó con cuidado hasta que sus pies rozaron el suelo, se sentía más cómodo estando en tierra.

Caminó en la habitación con cuidado, cualquier cosa podría haber ahí, ya sean cámaras o alarmas de seguridad.

A lo largo del gran lugar, iba encontrando cada cámara, ya se había imaginado encontrar cámaras de seguridad, así que había traído varios trapos para cubrir el lente, así no los verían.

Tapó todas las cámaras y logró desactivar una alarma de seguridad que se encontraba en el lugar más visible, cuando ya había asegurado todo, se dirigió a la puerta trasera y la abrió.

— Bien hecho hermano.-dijo Adrien tocándole el hombro.

— Eres muy habilidoso, me sorprendes.-comentó John.

— Bueno, veo que sirves para algo después de todo.-dijo Lila sonriendo de medio lado.

El lugar era enorme, a pesar de que ya lo habían logrado presenciar una vez, siempre era digno de admirar.

— Es por aquí, vengan chicos.-avisó la ojimiel.

Ella iba al frente y los demás solo la seguían, llegó al frente del baño dónde Marinette se había quedado encerrada, vio que la abertura seguía dañada.

— No se puede abrir, se averió, yo intenté hacerlo.

Félix intentó golpear la puerta contra su espalda varias veces, su hermano captó lo que quería hacer así que le ayudó en aquella tarea, después de un rato, terminaron adoloridos pero la puerta cedió.

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