Cuando cierro la puerta detrás de Ezequiel, una vez que se marcha, decido salir al patio para pasar el rato con mi mamá. Sus conocidos la llaman por su nombre, Pamela. Pero para mí siempre fue "ma", " mami" o "mamá".
La encuentro recostada de espaldas a la entrada al patio, en su hamaca paraguaya. La hamaca, con un diseño a cuadros rojos y blancos, se mecía suavemente por el movimiento de sus pies. De pronto, la abrazo desde atrás y se sorprende. Luego comenzamos a reír y me devuelve el abrazo.
Me siento a su lado en la hamaca y comenzamos a hablar. Me pregunta como me fue en la escuela y yo le pregunto que hizo mientras no estuve.
Finalmente, me propone hacer una torta y nos dirigimos hacia la cocina.
Una vez allí, juntamos todos los elementos necesarios para la torta y comenzamos. 50 minutos después, con la torta lista, suena el timbre y me encamino a la puerta. Antes de abrir observo por la ventana, como de costumbre. Le abro la puerta y dejo pasar a Camila.
-Justo terminamos una torta, vení, vamos a poner una película y la comemos.
Mi mamá nos separó en un platito algunas porciones de torta y fuimos a mi dormitorio. Apoyamos el plato en el escritorio y buscamos una película en la computadora.
Después de largo rato decidiendo, nos decidimos por ver Divergente, la primera película de nuestra saga favorita, que obviamente no era la primera vez que la veíamos, sino que la habíamos visto hartas veces.
Cuando la película terminó, nos quedamos hablando de lo mucho que queríamos que Taylor Swift viniera a Argentina, y de que, aunque eso sucediera, probablemente seria muy caro como para ir.
Luego, Cami me mostró fotos en el celular de dibujos que había estado haciendo, parecían tatuajes, perfectamente trazados e increíbles. Realmente ese es un buen talento.
Cuando Camila se fue, cené y me duché, me acosté. Coloqué mi rostro contra la almohada, y con la luz apagada, comencé a llorar, deseando que todo fuera un poco más fácil de decidir.
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Cuando me oíste cantar
Teen FictionHistoria de amor, desamor y drama donde dos adolescentes de 15 años viven momentos de todo tipo. Una historia que te hará sentir identificada en muchos momentos, te entretenerá en otros y hasta te hará llorar. Otra historia que contar...