Ese día me levanté y me ardían los ojos de las lágrimas de la noche anterior. Pensé en Ezequiel, pensé en todo lo que estaba pasando.
Si empezaba a querer a Ezequiel, ¿por qué todavía no había podido dejar a Lucas? Ni que sintiera lástima por él. Sabía que podría estar bien sin mí. Pero capaz era por el simple motivo de que aún lo quiero, si como amigo o novio no sé, pero que lo quiero es seguro.
Me preparé poniéndome el uniforme y desayunando, y una vez que tuve los dientes cepillados me subí al auto.
Camino a la escuela puse en mi lista de reproducción del celular Not About Angels de Birdy, esa canción es muy especial para mí. Primero porque es parte del soundtrack de Bajo La Misma Estrella, mi película favorita. Y segundo porque me recuerda a un jugador que murió hace un tiempo que solía jugar en Unión, club del que soy fanática.
Porque, como dice la canción, que injusta es nuestra suerte, encontramos algo real que está fuera de nuestro alcance.
Y yo siempre imaginaba a la novia de aquel chico que había muerto, llorando porque había pensado que lo tenía todo, y luego lo había perdido, había quedado fuera de su alcance.
La vida le había mostrado la felicidad más plena, y se la había quitado para siempre.
Y cada vez que imaginaba eso y pensaba en esa historia, el corazón se me hacía pedazos y sentía un nudo en la garganta.
Allí estaba yo, pensando en todo eso hasta que la canción finalizó.
Al llegar a la escuela me dirigí al aula que tenía una inscripción "3ero humanidades" en la puerta, y aun así los profesores siempre preguntaban si ese era el aula de 3ero humanidades.
Antes de dividirnos en modalidades, economía o humanidades, había rumores por todos lados de que en humanidades no se hacía nada. Yo no la elegí por eso, pero la verdad es que quien dijo eso no sabía de lo que hablaba.
Estamos siempre llenos de pruebas y mucha teoría, lo cual es mi fuerte, pero no significa que me gusta estudiar.
Básicamente lo único que me gusta de ir a la escuela es Ezequiel. Pero como siempre llego antes que todos, él aún no había llegado.
Saqué de mi mochila "Cazadores de Sombras" y comencé a leer hasta que alguien llegara. Cuando leía libros de esa clase, solía sentir que mi vida era totalmente aburrida, y que como a Clary le había pasado, yo también quisiera encontrarme con un nuevo mundo desconocido.
Pero no pasaba así esta vez, mi vida estaba llena de situaciones ahora como para tildarla de aburrida.
Cuando sonó el timbre, vi entrar a Lara seguida de Ezequiel. Saludé a Lara con la mano, y desde atrás, Ezequiel me sonrió. Se me dibujó una sonrisa en el rostro y me mordí el labio. Luego me alarmé porque quizá alguien lo habría notado, pero al observar a mi alrededor vi que nadie lo había visto y me relajé.
Cami se sentó a mi lado y comenzó a contarme lo lindo que Mateo, un chico alto y castaño que se sentaba al fondo, le parecía.
Era ya la salida y Ezequiel no había intentado nada en todo el día. Iba sola por alcanzar la puerta que daba al exterior cuando alguien tomó mi brazo y me sobresalté, tapó mi boca con su mano y esperó a que me calme. Era Ezequiel.
-Perdón que no te hablé en todo el día pero no encontré el momento.
-Está bien.
-¿Queres ir a algún lado?
-¿A algún lado?
-Si, a tomar algo no sé. Son casi las cuatro de la tarde, podemos ir a la Grido. - la Grido es una heladería. Por no decir que es mi favorita y que por lo general no tomo helados que no sean de esa heladería en particular.
Le sonreí y tomados de la mano asegurándonos que nadie nos vea nos dirigimos por la peatonal hasta la Grido más cercana.
Sentía un cosquilleo allí donde Ezequiel me tomaba, y tenía miedo de estar templando ligeramente. Era una sensación hermosa. De pronto pasé mi brazo por su espalda y me acerqué para darle un beso en el cachete.
-No hagas eso que me dan ganas de besarte -dijo.
-Entonces besame -sugerí.
-O mejor...
Me tomó por la espalda y las piernas y me alzó en brazos, pegué un grito y me llevó así hasta llegar a la heladería. Nos reímos todo el camino y yo no podía creer como una persona te podía hacer olvidar todas tus lágrimas de la noche anterior.
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Cuando me oíste cantar
Teen FictionHistoria de amor, desamor y drama donde dos adolescentes de 15 años viven momentos de todo tipo. Una historia que te hará sentir identificada en muchos momentos, te entretenerá en otros y hasta te hará llorar. Otra historia que contar...