Habitación vacía

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Llego al hall de la escuela y no veo a Ezequiel por ningún lado. Entonces veo que la puerta de la sala de informática está entreabierta. Me acerco lentamente asegurándome de que nadie me vea y al llegar asomo mi cabeza tratando de ver que hay dentro. El interior se encuentra completamente oscuro y tampoco se oye nada.
De repente siento que alguien me toma de la mano y tira de mí hacia adentro de la habitación. Siento mucho miedo ya que no logro distinguir nada y mi respiración se acelera. Entonces quien sea que está ahí adentro conmigo que abraza.
-No te asustes, soy yo. -dice Ezequiel-.
Entonces, aliviada, le devuelvo el abrazo, lo más fuerte que puedo.
-Quiero decirte algo importante -empieza- Sé que estás con Lucas, pero me doy cuenta que con él te aburrís. Si querés, podés dejarlo, y venir conmigo. Yo voy a estar acá, queriéndote.
No sé que decir realmente. En parte tiene razón, Lucas muchas veces me aburre con sus palabras empalagosas, pero a pesar de todo lo sigo queriendo, todavía me atraen sus ojos celestes y su cabello oscuro. Y esa mirada tan transparente, a diferencia de la de Ezequiel, que es oscura y profunda.
-¿No vas a contestar? -dice-.
-No sé si debería decir esto, pero te quiero, sos precioso, tenés un corazón muy grande, siempre me haces reír con tus comentarios. Me vuelvo loca cuando me mirás de esa manera que sé que sabés que me vuelve loca. Y cada vez que te acercás, siento que estoy protegida de cualquier mal en el mundo. Descubrí que el paraíso, está cuando estoy entre tus brazos, y desde el día en que me besaste no dejé de pensarte ni un segundo. Pero, la realidad es que estoy con Lucas, y a pesar de todo eso, lo quiero, y todavía me duele lastimarlo.
Creo que no sabe que decir porque se queda callado, y durante un breve segundo, puedo notar por la poca luz que ingresa, que baja la mirada. Pero entonces vuelve a ser el loco que amo.
-Estoy seguro, de que Lucas nunca podría hacerte sentir lo que voy a hacerte sentir. -y sonríe-.
Me toma de abajo de la remera y comienza a acercarse lentamente. Se me pone la piel de gallina en el momento en que me besa el cuello. Sigue así y luego comienza a subir y bajar sus manos por mi espalda. Empieza a trasladar sus besos por mi mandíbula y me hace temblar. Noto en ese momento que se le dibuja una sonrisa, ya consiguió lo que quería. Llega a mis labios y empieza a besarme primero despacio, y luego cada vez más deprisa y apasionadamente. Mi respiración se acelera cada vez más y mi corazón va a mil por hora. Me aferro a él y lo agarro del pelo, siento que me muerde suavemente el labio y tiro de su cabello ante la sensación. ¿Donde estuvo toda mi vida? Comienza a acariciar mi rostro mientras continúa besándome y luego dirige sus labios a mi oreja, la muerde suavemente dejando la sensación en todo mi cuerpo y finalmente susurra en mi oído:

"Se mía, Avril"

Entonces me derrito ante sus palabras y acuesto mi cabeza en su pecho y siento su corazón latir. ¿Que voy a hacer? Lo amo, lo amo. Ya no puedo cambiarlo, ya no puedo alejarlo, no quiero. Estaría todo el día entre sus brazos. Pero sigue habiendo un problema. No quiero lastimar a Lucas. De verdad que no.

Deja de sujetarme y mis rodillas empiezan a ceder, hasta que termino de rodillas en el piso. Se agacha y toma mi rostro entre sus manos.
-Podemos hacer un trato. Hasta que logres decidir si dejar a Lucas por mí o no, podemos salir a escondidas. Básicamente salís con los dos a la vez, así también vas a saber con quien disfrutás más. Pero cuando hayas decidido tenés que dejar a quien no elijas.
-¿Aceptarías estar conmigo sabiendo que estoy con alguien?
-Sólo por un tiempo. ¿Hecho?
-Hecho.

Cuando me oíste cantarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora