Moondance [En edición]

Capítulo I

Se encontraba en su tiempo de descanso y sentía los ojos pesados por no dormir nada la noche anterior. Sentía también sus parpados caer lentamente, pero terminaba por volver la misma silueta a su mente y dejaba de tener sueño por un momento.

— ¿Puedes parar? —Escuchó a sus espaldas, no era necesario voltear para saber de quien se trataba.

— ¿Qué hice ahora? —Preguntó con un tono inocente.

—Tienes la cara de un muerto, preocupas a todos—respondió el muchacho rubio—. Y es molesto que estés cayendo dormido y luego estés despierto de repente, ¿te has vuelto loco?

—No, nada de eso, me siento muy bien—respondió—. Solo he estado pensando en algo que vi.

—De seguro has bebido demasiado la noche anterior e imaginaste cosas.

—No bebí nada, Yuri—se quejó con una mueca infantil.

— ¿Entonces?

—Anoche tuve una revelación. Encontré aquello que estaba buscando.

Yuri abrió sus ojos con sorpresa.

— ¿Volvió tu inspiración? Creí que había muerto y la enterraste.

—Igual yo—respondió con una sonrisa.

Siguió caminando varios pasos, con el rubio a su lado. Debía encontrarse de buen humor para estar dispuesto a seguirlo sin decir nada.

—Era un bailarín...

— ¿Me estás diciendo que encontraste inspiración... en un hombre?

—Pues sí—dijo feliz—. Era diferente, parecía que flotaba en el aire. Su cuerpo era tan delicado al momento de moverse, parecía que todo estaba perfectamente controlado. Y cuando vi su rostro...

— ¡Bien! ¡Ya entendí! ¡No sigas! —Cortó el muchacho llamando la atención de otros estudiantes que iban con sus instrumentos. Yuri bajó la mirada algo avergonzado cuando comenzaron a murmurar.

Escuchó una risa proveniente de Viktor e hizo una mueca.

—Como sea, ¿al menos le hablaste?

—No, se fue—sonrió.

— ¿Ósea que lo dejaste ir después de estar espiándolo bailando?

—Estaba en la calle, no lo espiaba—se defendió. No le gustaba el tono de Yuri, le hacía parecer alguna clase de acosador—. Además, intenté hablar con él, pero se fue corriendo.

—No me imagino por qué...

—Eres muy cruel—se quejó.

— ¿Y qué quieres que te diga? Ni siquiera pudiste sacarle su nombre. Huyó de ti. Lo espantaste y no tienes ni la menor idea de dónde encontrarlo.

—Podría volver esta noche.

— Viktor, ¿en verdad crees que aparecerá de nuevo? Si fuera él, no me atrevería a aparecer de nuevo por ese lugar.

El hombre cambió su expresión por una pensativa. Si Yuri tenía razón, era imposible encontrar a su misterioso bailarín. Pero no podía darse por vencido sin siquiera intentarlo. Solo quería saber su nombre, escucharlo hablar unos segundos. Quería saber si su voz era tan melodiosa como lo eran los movimientos de su cuerpo.

—Voy a encontrarlo—dijo decidido antes de seguir por su camino. Yuri lo observó con seriedad mientras se marchaba. Hace mucho que no veía una mirada tan decidida en su amigo, y lo conocía desde hace bastante tiempo.

— ¿Qué le sucede a Viktor? Luce extraño hoy—habló Yakov a un lado de Yuri. El rubio suspiró antes de dar la vuelta y marcharse por su cuenta.