Capítulo VIII

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Cuando su celular vibró en medio de una conversación con Yuri, pensó que no era una buena idea contestar. Sin embargo, la curiosidad pudo ganarle y pidió un par de segundos antes de tomar su celular y ver el mensaje en la pantalla.

Hoy no habrán clases en el estudio, ¿quieres ir a algún lugar? :) 》

Viktor sonrió emocionado. Otro mensaje llegó después.

《Claro, si no estás ocupado ni te molesta x.x》

—Oh, Dios. ¿En ese chico, no?

—¿Cómo lo supiste?—preguntó Viktor mirando a Yuri. El llevaba su entrecejo fruncido, como si hubiera hecho una pregunta estúpida.

—Llevas una semana hablando de él. Desde el concierto sales del conservatorio todos los días después de clases para verlo.

—No todos los días. A veces está cansado por el trabajo o tiene cosas que hacer.

—Viktor, no cuenta si son los fines de semana.

Iba a negar, pero el rubio tenía razón. Veía a Yuri a menudo. Era imposible no hacerlo, era la persona más interesante y misteriosa con la que había tratado. Sabía tan poco de él y deseaba con fuerza saber todo lo que él era y hacía. Podía contar las cosas que sabía de él.

Que bailaba, trabajaba dando clases, vivía con su mejor amigo, practicó alguna vez ballet y piano. Era extremadamente talentoso y una persona tímida y reservada que por alguna razón no podía predecir por completo lo que haría. Amante de la música, porque llevaba sus audífonos cada vez que no hablaba con nadie y sólo se dedicaba a pensar.

—Eso hacen los amigos, buscan tiempo para pasar juntos—respondió—. Además, yo no acabo mi melodía y él no termina su coreografía. No puedo hacer nada hasta entonces. ¿Quieres que pasé otro tiempo en soledad sin inspiración?

—En primer lugar, los amigos pasan tiempo, sí. Pero él parece tu novia. En segundo lugar, no, creo que es peor verte deprimido sin escribir nada que entusiasmado por un bailarín.

—¿Verdad que si? Por eso tengo que verlo ahora.

《Ahora mismo voy al estudio~ :D》

Yuri suspiró, pero no dijo o hizo nada más para detenerlo. Era mejor dejarlo ir que escuchar una hora de llantos porque no pudo pasar tiempo con su chico japonés que apenas conocía. Esperaba que no fuera un capricho del momento y se hartara rápido.

Viktor jamás había escrito una canción o melodía para alguien, mucho menos le había puesto un nombre. Él era la clase de persona que no gustaba de poner nombre de una persona en su música. Decía que eso era limitar una canción a una sola persona.

Así que todas las canciones le pertenecían a ese chico. Aunque él no lo supiera o Viktor no lo dijera. Todas ellas fueron escritas para él, dedicadas a él y solamente a él.

 Todas ellas fueron escritas para él, dedicadas a él y solamente a él

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Moondance [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora