Siempre miro la televisión hasta tarde; siempre la misma programación. Cuando la programación de un canal terminaba, me pasaba a otro canal, y así sucesivamente.
Cuando daban las 3:00 A.M. apagaba el televisor y me iba a la cama.
Es cool no ir a la escuela. Puedes disfrutar el día completo y acostarte hasta tarde. Pero, como todo en ésta vida, hay un punto en el que te hartas. Y eso estaba empezando a pasar conmigo. Ya no sentía el mismo placer por desvelarme viendo el televisor, extrañaba estar aburrido en clase de historia preguntándome cuánto faltaba para salir al patio de la escuela y platicar con mis amigos de las otras aulas sobre las chicas de nuestros salones. Necesitas aburrirte un rato para poder divertirte en serio, así como necesitas hacer un tiradero para limpiar todo.
Pero ya no hay vuelta de hoja, perdí el año escolar y ahora tengo que esperar 10 largos meses.
El lado bueno, es que Helloween está próximo y mi madre me dio permiso de ir a visitar a mis viejos amigos después de 1 año sin verlos. Ellos no saben que iré a visitarlos; iré de sorpresa.
Mientras espero que llegue Helloween busco trabajo en algunas tiendas cercanas a la casa donde estoy viviendo por el momento, pero, debido a mi corta edad, me es difícil encontrar uno. Así que le di prioridad a la música. Estoy iniciando una banda de rock alternativo con mi mejor amigo llamada Through Thr Mirror pero debido a que mi amigo se mudó a otro estado la banda ha estado inactiva por un tiempo.
Escribí 3 canciones "Innocence, Reckless y Fresh" para distraerme de mis problemas y para no aburrirme. Hablan sobre mi vida: la separación de mis padres, la indiferencia que tengo hacia mi madre y la última habla de no sucumbir ante las adversidades.
Esas canciones me ayudaron a salir un poco de la depresión en la que entré por las mudanzas constantes gracias a los problemas económicos y emocionales de mi madre.
Dos días antes de Halloween mi mamá había salido a trabajar desde las 9:00 A.M.
Desperté a las 11:30 A.M. sudoroso y ahogándome. Había soñado que alguien estaba viéndome mientras dormía, era una persona de color, y sólo estaba ahí viéndome desde el sillón rojo que está junto a mi cama. Y esa sensación de ser observado me despertó. Nervioso, volteé la cabeza hacia donde se encontraba esa persona y me quedé mirando fijamente el sillón rojo. Un escalofrío me recorrió el cuerpo y por un momento creí que esa persona iba a aparecer e iba a asustarme, pero no fue así. Me burlo de mí mismo por ser tan supersticioso y me levanto de la cama y voy directamente al cuarto de baño, dónde los azulejos del piso son negros y los de las paredes son de color azul rey. La luz de Sol es muy débil ahí y aún con él alumbrando con casi todo su poder el cuarto de baño esta casi completamente obscuro.
Me miro en el espejo que está arriba del lavabo mientras me lavo las manos con agua fría.
Cerré la llave del agua y continué mirando mi reflejo en ese espejo enmugrecido y manchado de pasta dental seca. Poco a poco mi cara en el reflejo en el cristal sucio iba cambiando, desfigurándose. Después de unos minutos viéndome fijamente en el espejo mi cara cambió completamente y se convirtió en la persona que estaba observándome en mi sueño. Aterrorizado seguí viendo aquello en el cristal que ya no era mi cara y me di cuenta que eso me sonreía con unos dientes grandes y amarillos y unos ojos penetrantes de un tono café que parece casi rojo.
Asustado salí del baño y cerré la puerta de golpe. Eso me heló la sangre.
Para intentar olvidar lo ocurrido, decidí salir a comprar algo para el desayuno. Tomé dinero y salí de prisa. Ni siquiera me molesté en quitarme la pijama y ponerme ropa decente.
Jugando con las monedas en mi mano húmeda, tropecé con una roca y caí frente a una chica de piel pálida y cabello rizado negro.
—¿Estás bien?— dijo con una voz ronca.
— Sí, sólo me caí con una piedra.—dije mientras me levantaba del suelo sucio de la calle.
La chica no dijo nada, sólo se fue.
Pensé qué se reiría de mí, pero no pareció soltar ni una sonrisa pequeña.
Compro unas galletas y un bote de leche y regreso al lugar donde vivo.
En la puerta de la casa y con las llaves en la mano me quedo mirando la puerta. Pensando en quedarme afuera por lo ocurrido hace unos quince o veinte minutos en el cuarto de baño.
Al final decido entrar y dejar la puerta de la calle abierta para no tener miedo.
Enciendo el televisor y sintonizo el canal de documentales.
La cara de la chica pálida de la tienda me viene a la cabeza de repente, era una chica linda, pero fea, es decir, sé que es fea, pero me gusta.
Mientras termino mi desayuno la luz se va y el televisor se apaga. El silencio ensordecedor me introduce una cantidad de miedo increíble.
Se escucha vagamente el sonido del viendo corriendo por la calle y silbando. Es un sonido que me estremece y me pone los pelos de punta. Me hace recordar a esa persona que me miraba en mi sueño.
El silencio es una de mis mayores fobias y en ese momento el silencio es profundo y obscuro.
Salgo de nuevo a la calle y me siento en la cochera junto al pequeño jardín. Veo a la poca gente que pasa por la calle donde está la casa en la que vivo y me tranquiliza un poco.
Siempre he sentido una atracción hacia el terror, me parece excitante sentir el miedo correr por tus venas mientras acelera tu corazón y agudiza tus sentidos. Así que una parte de mí me dice que entre a la casa a sentir el penetrante silencio. Intentó resistir a mi lado primitivo y morboso pero termino entrando de nuevo, hacía tiempo que no sentía un miedo tan entorpecedor.
Casi en cuanto entro la luz vuelve, el televisor se enciende, pero en otro canal. Eso me extrañó un poco, pero no lo suficiente como para volver a salir corriendo del miedo.
He decidido quedarme si algo extraño vuelve a pasar.
De repente un hombre de color sale en el televisor, me parece familiar, pero de una forma aterradora, era el hombre de mi sueño. La cosa.
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La Cosa
ParanormalUna serie de extraños eventos llevan a un muchacho llamado Peter a preguntarse si lo que está sucediendo es real o una extraña pesadilla.