*Musica de fondo "Sólo el amor lastima así" *
Ryou, después de haber recibido el mensaje de Malik invitándolo al ensayo de los faraones, tuvo un insoportable insomnio. Mirando fijamente el techo de la habitación, soltaba suspiros largos, profundos, tanto que parecía que se le escapaba el alma.
Se levantó de la cama, con mucho desgano y arrastrando los pies se dirigió a la cocina. Encendió torpemente la estufa con cerillos y buscó el frasco de mamá Legbah.
Colocó su cabello hacia adelante y con una pulsera de goma se amarró el cabello ligeramente, que no apretara demasiado el nudo. Tomó el frasco y lo agregó en un bote con agua y lo puso a calentar.
Los minutos de espera fueron algo eternos para el albino oji- miel; se puso a pensar sobre la efectividad de la magia de mamá Legbah y lo absurdo que se escuchaba el darle la poción de Amor a alguien tan verdaderamente escéptico como Bakura. Entonces, recordó la rudeza con la que le había hablado aquella curiosa tarde donde todo había comenzado.
"-Ryou, hoy no iré a tu casa a darte asesoría, me escribes por cualquier cosa IMPORTANTE- "resonó varias veces en su cabeza
¿Qué más quería? ¿Qué más podía hacer? Llevaba mucho tiempo conviviendo con él como para que no se percatara, Ryou era bastante indiscreto por su timidez y nerviosismo mezclado.
Por un momento, Ryou se había perdido totalmente; vaya distracción, por poco hace que el té se estropeara.
En seguida, apagó la estufa y con un trozo de franela blanca, cogió el traste donde contenía el menjurje que desprendía un aroma dulce, lo sirvió en porcelana fina (clásico para tomar té) y lo disfrutó otro poco por medio del olfato y sorbió una pequeña parte.
Arrugó la cara y miró el contenido de la porcelana con desprecio. Estaba demasiado amargo a pesar del olor tan dulce que desprendía, sacó el azúcar de la alacena y mezcló dos cucharadas de ella en el té.
La cara de Ryou parecía de chiste; cada vez más dulce era el olor, pero el sabor se estropeará más. Con la lengua de fuera y un tanto las sensaciones de náuseas se hicieron presentes.
-¡Pero qué rayos!- exclamó- debe ser una mala broma, en serio ¿cómo pude creer que esta cosa funcionaría? Obviamente no se lo puedo dar a beber a Bakura- se acercó al fregadero y lo vertió.
Antes de poder irse a la cama, sintió mareos y la vista se le distorsionó, se recargó sobre el marco de la puerta de la cocina y cayó suavemente al suelo con un gesto que poco a poco parecía tener mucha tranquilidad.
El sueño de Ryou fue en base a un recuerdo de su infancia, de los mil y un viajes y de la infinidad de cosas que vivió en ellos, sintió una nostalgia y sin querer, también un poco de melancolía.
Aquel viaje a Egipto justamente; donde conoció a un muchacho intrigante, un historiador que acompañó a su padre que en la investigación del cual se había enamorado, su piel era morena, de pelo gris/violeta y con ventaja, él era residente de la antigua civilización en tiempos modernos. Su nombre, como salido del libro de los muertos o algo así, Apep era su nombre.
Habló de uno de sus antepasados que inició una de las rebeliones más importantes que llevo a Egipto a su segundo periodo intermedio a partir de la invasión extranjera.
Ryou siempre admiró a ese hombre aunque por alguna razón había desaparecido de su vida y poco a poco, sus sentimientos hacia él se habían perdido en su memoria infantil.
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La magia del amor
FanfictionEl festival de las santas Ánimas termina siendo un desastre, así que Yugi Mutou se encargará de organizar el entrenamiento del mismo festival llamado a la banda de Rock alternativo de Atem alias Yami, quien participará con sus colegas Bakura y Marik...