¡Tenemos que hablar!

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Bakura regresó agotado a casa, aventó la gabardina al suelo de la estancia y se marchó a dormir. Por desgracia, los sucesos de ese día lo habían movido emocionalmente y sólo había podido dormir unas tres o cuatro horas. Se levantó de la cama y pensó en lo que haría después de ese espectáculo mal logrado.

Se sentía inspirado para pasar el tiempo solo y uno de sus sitios favoritos y aptos para estar en esa situación era las bibliotecas.

En esta ocasión por ser domingo, Bakura tendría que esperar hasta las diez de la mañana para poder ir a perderse a la biblioteca central de dómino. El reloj marcó las siete con cuatro minutos.

En la mente de Bakura estaba aquel beso de Miho y lo último que le dijo, sin embargo, después de sentirse orgulloso, se sentía estúpido. Jamás a una mujer por bien o mal que lo tratara le hablaría de esa forma, más que nada por memorias de su difunta madre. En cambio, divagando más en la poca memoria que consiguió adquirir de la noche anterior, venía Ryou de nuevo molesto.

Sería aún peor que hubiera visto ese beso, y esperaba que jamás se enterara de él. - ¿Y por qué la culpa?- se preguntó, a Ryou no le debía nada, Ryou era un chico muy raro para su gusto.

Callado y tímido, poco agraciado y lo más importante ¿pensar en amor con un chico como sus amigos? Bakura no era de esos que se enamorara tan fácil pero tampoco era un amargado sin sentimientos, a fin de cuenta todo es humano.

Pensó después que si veía a Miho se disculparía y se alejaría y con respecto a Ryou, llegaría a un acuerdo, pero para ya no volverlo a ver.

Simplemente, no le agradaba la idea de pertenecer con otras personas. Mantenerse al margen era prioridad en la cabeza de Bakura. A demás que no quería más distracciones en su camino.

Para entonces después de pensar en todo lo que haría, le dieron las ocho y media. Sentado en el sofá con la camisa desarreglada y los pantalones a media pompi, se dirigió al baño para tomar un baño y después desayunar antes de irse.

Pronto, recibió una llamada, se trataba de Marik quien lo invitaría a correr con él a las 9:00 pero no contestó.

Por otra parte, Ryou había despertado a la misma hora que Bakura se metió a bañar. Recostado en forma fetal, tenía los ojos brillosos y muy desanimados. Pensó de nuevo que Bakura jamás estaría enamorado de una persona como él. Soltó un suspiro y abrazó la almohada fuerte. La vibración de su teléfono hizo desaparecer el trance de Ryou. Yugi y Malik habían cruzado llamadas e invitaron a Ryou a salir un rato por la tarde. Él quería negarse, pero la insistencia de Yugi lo convenció fácilmente. Irían al cine a Ver Alien vs Predator the resistance. Ryou disimuló intriga y accedió.

*Música de fondo Flawless 

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