RÉQUIEM [COMPLETA]

ACEPTO

-Hable.

-Voy a ser totalmente sincera contigo pero antes de seguir, prométeme que no dirás nada. A nadie. ¿Entendido?

-Entendido.

-El doctor James y yo teníamos un trato. Se basaba en que ninguno de los dos hablaríamos nunca de lo que dentro de Saint Marie ocurría. Él era libre de investigar con los locos que entraban al centro y yo, no tendría nada que ver, para poder aspirar a un título más importante que el de Hermana. No sólo eso sino que los dos llevamos el psiquiátrico y me estoy... cansando de él. Además, se le está yendo de la manos y al final tendré que verme involucrada. Nunca me ha caído bien, y no tenemos a penas trato... Y bueno Alicia... la oferta es la siguiente: Tú te cargas al doctor y yo, te diré donde está la salida. Podrás irte. 

-¿Cómo sé que no me está mintiendo y que luego me culpará de asesinato?

-¿Ha venido algún inspector por la muerte inesperada de David? No voy a presentar ningún cargo.

-¿Y qué hará si viene la justicia a reclamar otro juicio?

-Pondré en tu expediente que te suicidaste. Te cortaste las venas en un momento de agonía. ¿Aceptas?

-Acepto. Con una condición...

-Sorprendeme.

-Si no cumple su parte, la mataré.

-Me gusta tu ambición. Vamos a llevarnos bien.

-Hermana...

-¿Si?

-Dígame donde está Emma.

-Ese hombre no me dijo nada. Lo siento Alicia, tendrás que olvidarla.

[Se va]

...

[Sala común]

POV'S ALICIA 

Una canción sonaba en mi cabeza recordándome que si el plan salía mal, que si no conseguía matar a ese hijo de puta... nunca saldría de Saint Marie. Nunca volvería a vivir. 

Ya no hay distracción porque Emma, ya no está aquí. Y aunque no llegué a conocerla del todo, tendré que vivir sabiendo como el color de sus ojos se desvanece en mi memoria. Tengo tantas preguntas y tan pocas respuestas. Tantas dudas. Tantas razones por las que irme... Estoy muriendo poco a poco. Aquí dentro, en el infierno. Rodeada de gente tan variopinta, tan diferente, tan enferma... En constante lucha con sus cabezas, intentando hacerse a la idea de que no están aquí. Llorando entre las esquinas frías del psiquiátrico. Temblando de miedo. Riendo sin razón. Con la mirada perdida en un vacío transitorio. Y aunque en el fondo saben que ésta es su condena, prefieren vivir su propia mentira. Y yo, mientras tanto... me dejo llevar por su locura. Es la única manera de salir de la monotonía en la que estoy estancada.