EL LLANTO DE LA MUERTE

29 8 0
                                    

Tras un largo viaje, el comandante llegó a su destino, la serrería de Pigalle. Entró, y la puerta hizo un ruido extraño, que le hizo sobresaltarse. Se adentró en el lugar y finalmente, encontró los cuerpos sin vida de An y Ben. El hombre, informó al cuartel, e inmediatamente, a los forenses. 

Tras haber inspeccionado aquel tenebroso lugar, aquel rincón sangriento, se dio cuenta de que su sospechosa tenía razón. Estaba en lo cierto. Eso quería decir que Alicia no era la asesina de Adéle.

Semanas más tarde, los cargos hacia Alicia  fueron retirados y esto la convirtió en una figura pública, en la invitada especial de muchos canales de noticias, de debates, de tertulias, de entrevistas... Por fin, la verdad era contada. Por fin Alicia se quitaba el peso de llevar ese dolor del pasado en su interior. La gente la admiraba, la consideraban una luchadora, una mujer real, avanzada en los pensamientos de la sociedad actual, pero en realidad, ¿quién era ella? O mejor... ¿quién no era? Una cosa estaba clara, Alicia no era la 'madre' de ese hijo que Emma llevaba en su vientre, pero el amor que le tenía, sobrepasaba cualquier genética, cualquier recuerdo o cualquier error. 

Los meses siguientes fueron realmente calmados. Ningún acontecimiento que destacar. Hasta que una noche, unos llantos despertaron a Alicia y a la hermana Mary. Llantos que las preocuparon. 

-El bebé está en camino.- dijo la hermana. 

-¡Por favor, no puedo aguantar este dolor!- gritaba Emma.

-Alicia, rápido. Trae una toalla con agua fría, pónsela en la cabeza y ayúdame. 

Emma estaba débil. Su frente comenzó a sudar. Sus ojos incapaces de pestañear, rojos por los lágrimas. Su piel se puso pálida. Sus labios comenzaron a ser morados y secos. 

-¿Qué pasa? ¿Qué está pasando?- preguntaba Alicia desconcertada. 

La hermana no contestó y Emma, con la voz más dolida y ronca que nunca le dijo a la hermana qeu saliera de la habitación, y ella así lo hizo. 

-Emma... tengo miedo, de verdad.- dijo Alicia entre lágrimas.

-Mi amor, eres tan... tan bonita. Prométeme que vas a cuidar de nuestro pequeño...

-¡NO! Emma, ¡NO!- Gritó Alicia sin querer creer la realidad. 

-Sh... calla y escúchame. Prométeme, que no vas a olvidarme. Que siempre tendrás un lugar para mi en tu maravilloso corazón. Prométeme que le hablarás de nuestra historia, que le educarás en la libertad. Que harás de él, un tesoro. Prométeme Alicia, que no cambiarás. Te quiero... como jamás he querido a nadie y me va a doler tu ausencia, pero la vida lo quiere así. Hasta luego, mi amor. Hasta... luego. 

Y mirando a Alicia, con su última lágrima recorriendo su mejilla, Emma murió. 

-¡NO, POR FAVOR! Eh, Emma... estoy aquí. ¡Vuelve! Por favor...- gritaba Alicia desconsolada.

Un flashback de recuerdos invadieron el subconsciente de Alicia, haciendo que su cuerpo se estremeciera viendo como la persona a la que más había amado, volvía a desvanecerse entre sus brazos. 

RÉQUIEM [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora