III

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-Oh Entonces...¿Qué más? - pregunta el azabache.

Pasa un momento, silencio entre ambos, susurros a su alrededor.

-No me digas que eso es todo.

-Es como una historia. - Continúa el rubio.

Malik lo mira atento, dando dos pasos más en dirección al rubio. Se asombra al verlo ahí, justo en ese espacio, en ese momento, en ese lugar en el cual la luz le da por un costado y hace que las puntas rubias de su cabello se iluminen, que sus labios resalten como nunca antes y que en sus mejillas se noten más el hermoso rubor que mantienen sobre la piel blanca, esa piel que contra la luz se ve tan perfecta, suave, que le da un aspecto totalmente puro. Angelical. Pero lo que más llama su atención son aquellos azules ojos, los cuales se ven más brillantes de los que ya son, los que recorren la pintura con curiosidad, los que parecieran descifrar pincelada a pincelada su obra, los cuales parecen un enigma frente a Malik.

-Las primeras pinceladas son entre tonos cremas, marrones, naranjas - empieza otra vez Horan. - Es el principio. Los colores marrones y cremas...son ¿normales? En el sentido  de que son colores apacibles y combinables entre sí...pero el naranja, el naranja es algo distinto. Es algo especial, llamativo, algo importante e imperdible. Sin embargo a compañía de los otros colores se vuelve en algo aún más...más...especial.

El azabache no aparta la mirada ni un solo segundo del rostro del rubio hasta este momento, esta vez mira a la pintura, una mirada confundida, su cabeza en un mar de preguntas, no lo comprende, ese chico ¿Cómo es posible?. Por otro lado el de ojos azules quita la mirada de la pintura y la dirije al hombre frente a él, se pregunta si aquel hombre nunca despegó la mirada de su arte, si le estaba prestando atención cuando hablaba, si no le parecía un idiota por hablar de su arte de manera tan libre y como si supiera realmente de lo que está hablando. Suspira, de manera lenta, imperceptible, con cuidado (consiente) de que el azabache no lo oiga.

Inconscientemente toma un paso atrás, trata de hacer el menor ruido posible, tal vez no noté que me fui. Pasa unos dos segundos cuando el azabache voltea a verlo, severo. La mirada azul se dirige al suelo.

-Continúa - demanda el moreno.

No le vendría mal decir "por favor" de vez en cuando.

Los obres azules se dirigen a la pintura esquivando los obres mieles.

-L-los colores amarillos.

El moreno se extraña.

-¿Qué tienen los colores amarillos? - pregunta con su voz grave. Mirando al "rubio" y luego a la pintura.

-Normalmente el amarillo esta asociado a la felicidad. - Continúa Niall, como cuando habló de los otros colores, simplemente se deja llevar. - Por eso puedo decir que la primera parte de la "historia" fue un tiempo de calma, felicidad, especial.

La mirada de color azul se dirige al suelo, nostálgico. Siente un tirón en su pecho, no de nervios tal y como sucedió hace unos momentos, no, él sabe de que pero no quiere si quiera mencionarlo mentalmente. Quiere sonreír al recuerdo de su propio principio, no lo hace, se niega a hacerlo. Aprieta los puños levemente, frunce el ceño un poco, arruga un poco la nariz, retiene un suspiro. Al parecer él tuvo un buen inicio ¿no es así?. Relaja su cuerpo, también su rostro. Siente la mirada color marrón oscuro sobre sí, alza la suya pero no para ver al hombre a su costado, sino a la pintura.

Malik no despega la mirada de Niall, cada vez le resulta más intrigante  (aunque, claro, él no lo va a admitir).

Las personas que caminan a su alrededor los miran atentamente, como si fueran animales de un zoológico detrás de una jaula, murmuran cosas (no es que ni Niall ni Zayn puedan oírlos realmente, demasiado sumidos en su propia conversación como para preocuparse de lo que pase fuera de ella realmente) como: ¿Qué está haciendo Mr. Malik con ese muchacho de poca monta?, ¿Cómo es posible que ese rubio mal teñido sea capaz de captar la atención de semejante artista y nosotras no?, ¿Qué ese no es el chico que le tiró champagne al señor Bescherelle?, ¡Dios! Mr. Malik debe estar muy aburrido para hablar con ese niño, ¡No puedo creer que prefiera hablar con ese chico que contigo, Catherine! Deberás ser muy aburrida. Y así sucesivamente, cada uno con las mismas intenciones pero con distintas palabras.

MusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora