Second Chance [rubelangel]

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El fin del atardecer caía con tranquilidad en el hotel en que estaban hospedados.

Después de una agradable cena con todos, se encontraban relajándose en sus sillas.

—¿Y? ¿Que piensan de todo esto?—preguntó el chico que recién había conocido, del cual ella olvido su nombre.

—¿Acerca de qué?— respondió la chica, limpiándose con su pañuelo.

—Sus novias...—insinuó, haciendo ademanes.

—Ah—suspiró— Escucha, tengo una opinión un poco diferente a todos las demás acerca del noviazgo de ambos, y la verdad no me apetecen problemas en este momento—.

—Anda dilo mujer, que tampoco es tan difícil—incitó Rubius, mientras bebía de su fría cerveza.

Ella lo miró:

—¿En serio quieres saberlo?—.

Rubius río.

—Dilo—.

—Déjala. Que no si no te quiere decir no la provoqueh— respondió Mangel, saliendo del trance que tenía con su móvil.

—No. Está bien—respondió ella, con un dulce sonrisa—Tampoco le respondas así—.

—Me siento halagado de que al menos me responda. Luego ni puto caso me hace— Rubius se acomoda en su silla.

—¿Cuándo no te he habladoh?— inquirió Mangel a la defensiva, acomodándose también.

—Oh, no lo sé—respondió, sarcásticamente— Dejándome en visto, y plantado con la cámara grabando por que a Beatriz se le ocurre enfermarse.

—Oye tío, que tampoco planeo enfermarme—recrimina Beatriz, que estaba cómodamente recargada en Mangel—Además, Miguel es buena compañía para un enfermo.

—Por eso, es buena compañía para mí—río Rubius— Pero weno, vamo a calmarno y vamo a dejar las cosas así—.

—Se callah porqueh ya no tiene nada para echar en cara— protestó el pelinegro, acomodando su pelo—'Joputa.

—Tengo un huevo de cosas para decir, pero no aquí ¡coño!—se sobresaltó el chico, levantándose de su mesa y caminando hacia una habitación.

—Pueh, entonceh dilah ¡joder!— Mangel se levanta también, empujando a Beatriz a la silla de la lado, siguiendo el camino del castaño.

Rubén se mete a la habitación que, normalmente por las noches se convertía en un bar.

Miguel lo sigue y cierra la puerta tras de ellos.

—¿Quieres que te eche todo en cara, cabrón?— responde Rubius, encarándose.

—Soy todo oídoh— Mangel cruza sus brazos.

Rubén ríe forzadamente, mostrando sus blancos dientes.

—Lo que pasa es que no puedo superarlo ¿vale?— dice, haciendo ademanes, con un toque de sarcasmo en su voz— Jamás podré olvidarlo.

—¿El que?—.

—¿El que?— Rubén fuerza una carcajada, haciendo que las pequeñas copas en el techo tintineen— ¡A ti, hijo de puta! ¡Todo esa mierda que me hiciste sentir! ¡Todo eso que alguna vez llamaste amor!—.

—¡Cállate! Que pueden escucharnoh subnormal—.

—¡Y que! ¡Que el mundo se entere!— Rubén toma una copa de la barra y la estrella contra el suelo— ¡Que se enteren de lo gay que puedes ser!—.

Second Chance [rubelangel] One-ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora