III: El juego

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No había ido a clases hoy. Cuando me desperté esta mañana, sentí que no era yo misma. Mis ojos se habían oscurecido, mi piel estaba sensible y las palmas de mis manos sangraban.

Lander me había preguntado si mis dedos habían mejorado y le dije que todo estaba bien. Para todos, se supone que sufro de fracturas en los dedos, por lo cual siempre debo andar con vendas o guantes, pero la realidad era otra.

Me pasé parte de la mañana acostada hablando con Elizabeth y parte de tarde haciendo tareas que tenía pendiente. Bajé a comer cuando Manson me llamó, me senté a su lado mientras Lander servía la comida.

-¿Cómo te has sentido? Tu hermano me dijo que tenías gripe -pregunta Manson y observo a mi hermano.

-Nada que unas medicinas no puedan resolver.

-Y espero que no las dejes.

Lo último lo dice mi hermano y me observa de forma acusatoria. Por supuesto que mis padres le dirían que me vigilara y estuviera pendiente. Pone una pastilla sobre la mesa y termino tomándola para que no diga nada.
Amaba a mi hermano, solo que a veces no lo soportaba. No necesitaba que nadie me cuidara, podía hacerlo sola, sabía lo que hacía.

Termino de comer y vuelvo a subir a mi habitación. Entro al baño para cepillar mis dientes y mi cuerpo se paraliza cuando escucho el sonido de algo rompiéndose. Rápidamente vuelvo a mi habitación y veo el vidrio de mi ventana roto.

-¡Faith! -grita Lander-. ¡¿Estás bien?!

-¡Sí! -respondo y corro para ponerle seguro a la puerta-. Solo se me cayó la lámpara.

Al ver que Lander no vuelve a llamarme, camino hasta donde se encuentran los cristales rotos. En el medio de ellos, se encontraba una hoja sujeta a una piedra algo grande. Observo por la ventana para ver si veía a un sospechoso, pero las calles estaban solas.

Reviso la hoja que traía la piedra y la suelto de inmediato cuando veo su contenido. Era casi lo mismo que Jenson me había mostrado. Tomo mi teléfono para enviarle una foto a los chicos por el grupo y veo varios mensajes de ellos

Martin: Alguien reventó el vidrio de mi sala con una piedra. Tenía una de esas notas.

Justin: Me acaba de pasar lo mismo, pero en mi auto. Venía conduciendo y alguien la tiró.

Madison: También a mí, estaba en el baño y allí cayó la piedra.

Elizabeth: Yo estaba en la cocina cuando me pasó lo mismo.

Cassie: No sé de qué hablan, yo no he encontrado ningún papel.

Yo: Debemos vernos. Todos en casa de Cassie en media hora, me da igual si están por quedarse dormidos.

Jenson: ¿Recibiste también uno? Dios, que pereza. Esperemos a que amanezca.

Yo: Nos vemos ahora. Esto es más importante que dormir unas horas mas.

Me pongo mis guantes y una chaqueta. Antes de irme le digo a Lander que voy a casa de Cassie y él me pide que le envíe al llegar. Conduzco con velocidad prudente y me detengo en un semáforo.

Volteo mi rostro hacia la derecha cuando escucho a varias personas y me doy cuenta que es un club al que antes me gustaba venir. No le doy importancia hasta que veo el cabello blanco de Demonic entrar a ese lugar.

El semáforo da en verdad y me quedo unos segundos allí. Sin poder evitarlo, acelero y luego doy una vuelta en u para estacionarme enfrente del club.

Entro al lugar y algunas personas me saludan debido a que antes venía mucho aquí con Demonic, me sorprende que aun se acuerden de mí si tenía meses sin venir. Hay varias personas bailando en la pista, otras juegan billar y los demás están sentados en una mesa jugando poker.

DEMONIC - EL ORIGEN  (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora