V: Nombres

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Los árboles se movían al compás del viento y no había ni un rayo de sol. El frío de la mañana penetraba en mi piel haciéndome estremecer a la vez que me trataba de cubrir con la fina tela de la chaqueta que traía puesta. Pude sentir como alguien se colocaba a mi lado y me di cuenta que era Martin ofreciéndome su abrigo, el cual tomé con una sonrisa. Todos nos hallábamos en absoluto silencio mientras el cura hablaba. El cementerio no era un lugar que me gustara mucho, pero hacia esto por mis amigos.

Podía ver como Jenson miraba fijamente el ataúd en donde se encontraba Javier. Desde su muerte, el cuerpo fue entregado apenas ayer debido a que le hicieron varias autopsias para saber qué había sucedido. Las autoridades no tenían todo claro aún pero seguían investigando como el cuerpo llegó allí. Los padres de Javier lloraban en voz baja y se abrazaban buscando consuelo. Dicen que perder a tus padres es doloroso, pero que un padre pierda un hijo es una sensación más allá del dolor o sufrimiento.

—¿Todo bien? —preguntó Cassie dándome un codazo en mi costado sacándome de mis pensamientos. La miré y le sonreí débilmente.

—Realmente no. Me siento muy mal por los padres de Javier. ¿Cómo lo lleva Jenson?

—No ha querido hablar mucho conmigo, solo habla con los chicos. Le estoy dando su espacio.

Asiento en respuesta.

—¿Han visto a Elizabeth? —pregunta Madison.

—No le gusta estos lugares —respondo.

Gotas de lluvia empiezan a caer y el cuerpo de Javier está siendo enterrado. Varias personas empiezan a lanzar flores y otros le dedican palabras. Todos empezaron a irse hacia sus autos cuando la lluvia caía más fuerte. Jenson se mantuvo parado enfrente de la tumba de Javier por varios minutos. Martin, Justin y Cassie se acercaron a él para llevarlo al auto y yo camine con Madison hasta su auto para irnos a la misa.

Luego de veinte minutos, llegamos a una iglesia y aunque no quiero ir, me bajo del auto. Detengo mi andar cuando estoy enfrente de las puertas.Todos entran y soy la única que se queda mientras veo cómo pasan. Siento como mi cuerpo empieza a sudar y mis manos empiezan a picar. Por un segundo deseo voltear e irme, pero mis amigos se detienen a esperarme.

Suspiro. Me armo de valor y entro al lugar ignorando las miradas de varios. Nos sentamos detrás de los padres de Javier y siento como Cassie toma mi brazo para enredarlo con el suyo. Desde hace mucho tiempo que no entraba a una iglesia, por lo cual me sentía muy extraña e incómoda con tanta gente rezando y pidiéndole cosas a Dios.

Los padres de Javier habían realizado una misa después de sepultar el cuerpo de su hijo. Jenson y Martin están sentados al lado de ellos, pues eran los mejores amigos de Javier. Empiezo a detallar a las personas y me encuentro con la mirada de Demonic a unos metros de mí. A su lado se encuentra Sam y me sorprendo al ver a Victoria. Lo último que supe de ella fue que se había ido del pueblo, por eso me cuesta creer que está aquí.

—¿Esa es Victoria Lance? —pregunta en un susurro Cassie.

—Si —respondo con la vista fija en ella.

—Creí que no volvería.

La misa empieza y no respondo. Mis manos empiezan a sudar de los nervios y retengo la respiración cuando el cura, que es el encargado de la misa, me observa mientras habla.

—El mal esta en todos lados —asegura caminando por el lugar—. Incluso el mal puede ser tan cínico de entrar a los lugares sagrados de Dios para despistarnos. Debemos protegernos de él. Debemos rezar por nuestra alma. Por el alma de Javier Roberts.

Luego de varios minutos, la mayoría se levanta pare recibir la hostia y Madison me obliga a levantarme. Veo como Demonic hace la fila y se voltea para verme. Ignoro su mirada. Cuando toca mi turno, el padre me observa por varios segundos. Extiende la hostia y abro mi boca para comerla. Lo escucho decir:

DEMONIC - EL ORIGEN  (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora