Capítulo 5.

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Lia..., Lia...
Decía una voz algo grave, jocosa, masculina y algo seca, en la cabeza de Lia.
Se que me escuchas, pequeña.
Esta vez, se escuchó algo más suave, dulce. Como si fuera dedicada con amor.
Cuidate, por favor. Recuerda esto: Te amo.
Fueron las últimas palabras que escuchó la morena, antes de despertar con la respiración agitada, sudor cubriendo su cuerpo y tener la leve sensación de estar ahogándose. Hace un año había parado de despertar de aquella forma.
Recordaba cuando despertaba muy mal, también a veces despertaba a gritos. Sonya y Harriet la socorrian, lograron calmarla pero ahora nadie podría cuidarla.
Estaba sola.
El rubio miraba atentamente a Lia, esperando el momento en que se despertara. Debía admitir qué, esperaba con ansías a que la chica abriera los ojos, pero se había preocupado cuando empezó a temblar y sudar, mientras se quejaba entre sueños.
Inconscientemente, tomó su mano tratando vagamente de transmitirle apoyo.
Finalmente, Lia abrió los ojos de golpe, sentándose bruscamente en la cama de la enfermería.
El rubio rápidamente soltó su mano, levantándose para acercarse a ella.
—No sabes cumplir tus promesas, ¿verdad? —Alzó ambas cejas hacía ella con diversión, pero se puso serio al ver su mirada amenazante y tosió falsamente-Ya, lo siento. Pero no debiste hacer eso, pudiste morir.
—Como si fuera la gran cosa, en todos mis años aquí—Refiriéndose en general a los laberintos—He aprendido que es correr o morir.
Él la miró unos segundos y asintió, incorporándose.
—¿De verdad eres corredora?—Preguntó él con curiosidad.
—Newt—Dijo su nombre, provocando que el nombrado la mirara a los ojos—Sé qué es poco creíble, pero yo estaba en un área, como esta. Solo que llena de chicas.
Newt sonrió al escuchar su nombre saliendo de sus labios, nunca le había gustado tanto que dijeran su nombre.
—Y ese chino...—Habló refiriéndose a Minho.
—Coreano —La corrigió con diversión, escapándose una risa de su boca.
—Como sea —Rió levemente, mientras entrelazaba sus propios dedos—, ¿Quién se cree que es?
—Es el jefe de los corredores —Tosió un poco, mirándola.
—¿Y tú? ¿Que eres? ¿Un fregonero? —Bromeó, dedicándole una sonrisa.
—Ayudo en los jardínes, antes era...—Se interrumpió a mitad de frase— No debí decir nada, olvídalo.
La morena frunció el ceño, asintiendo sin decir nada más.
—¿Cuando podré irme? —Habló después de unos largos segundos.
—Supongo que en una semana, si ese muro se abrió en la sección tres, tendrás que esperar a que se abra.
Lia gruñó por bajo, soltando un bufido. Newt se levantó, captando la mirada de Lia y se dirigió a la puerta, pero antes de irse la miró de reojo.
—Por cierto, Alby te espera —Sin decir más, se fue.
Lia se levantó con facilidad, dirigiéndose a la caja —probablemente esperando que esté ubicada al igual que en su área—, pero en aquel camino mirando todo como si fuera una novata, chocó con alguien.
Oh no, este chino otra vez. Pensó Lia, enderezandose nuevamente.

La Clave |Newt y Tú| The Maze Runner. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora