La Clave |Newt y Tú| The Maze Runner.

Capítulo 6.

—¿Podrías tener cuidado? Casi arruinas mi peinado —Dijo pasándose la mano por su hermoso cabello.
La chica rodó los ojos, poniéndose de puntitas para mirarlo mejor. Entonces, alborotó su cabello, soltando una gran carcajada.
—Así está mejor, ¿no crees, chino?
Al ver su mirada asesina y un intento de arreglar su cabello, se dirigió a Lia.
—Será mejor que corras, niñita —Habló después de unos segundos, contando con los dedos los segundos. Después de contar el tecer dedo, la miró.
Sin esperar, la morena empezó a correr lejos de Minho, aunque este ya había empezado a perseguirla.
—¡Con mi sensual cabello no, niña! —Gritaba a la vez que trataba de alcanzarla, pero ella tenía unos metros de ventaja y él estaba cansado de correr el día y la noche anterior.
De pronto, Lia paró en seco.
Ella ya viene, Lia. Prepárate. Cuídate. Cuidalos.
Una voz, ahora femenina, se escuchó en la mente de Lia. Seguidamente un fuerte dolor de cabeza con punzadas apareció, haciendo que se sostenga la cabeza con ambas manos.
Gimió, cerrando los ojos con mucha fuerza. El dolor era horrible.
—¡Teresa! —Gritó, sin saber muy bien lo que decía.
Empezó a gritar incoherencias a medida que su dolor aumentaba. Los habitantes empezaron a acercarse, cuando de pronto, Lia cayó al suelo.
— ¡L-la Clave! —Gritó después de unos segundos de silencio— ¡Soy... soy la Clave!
Newt se había acercado al grupo, escuchando los gritos desde lejos, se puso al frente viendo a la pobre chica retorcerse de dolor.
Empezó a retorcerse cada vez más, pero de un segundo a otro, se detuvo. Cómo si hubieran soplado una vela.
Se quedó quieta, estática. Su respiración agitada mientras el sudor caía por su ahora pálido rostro.
—CRUEL es bueno... —Murmuró, antes de caer en coma.
Rápidamente el rubio se acercó, tomándola suavemente en brazos, acercándola a su pecho mientras con dificultad, la llevaba con los docs.

—Miren —La señaló una chica rubia a la que se presentó como Sonya— Una nueva Astilla.
Sin esperar más, salió de aquella caja metálica en la que estaba y corrió. Corrió lo más rápido que pudo, como si su vida dependiera de ello.
—Corre malditamente rápido —Escuchó decir a una chica morena, algo más alta que ella. Harriet.
—¡Una corredora! —Gritó una chica bajita, con el cabello color negro.

—No hay salida, Harriet, estamos atrapadas aquí —Murmuró ella, mientras trataba de calmarse. No podía, simplemente no podía— Para siempre.
— Escúchame Lia, saldremos de aquí, te lo prometo —Suspiró Sonya, mirando con los ojos cristalizados a la morena.
— Algún día saldremos, seremos libres, felices. Como chicas normales, seremos normales, no más sufrimiento —La abrazó Harriet, sabiendo que, algo en sus palabras era verdad.

—Confío en qué los sacarás de allí, Lia —Una señora con su cabello rubio, suelto hasta los hombros con una bata blanca la miraba—, cuidate.
La chica la miró confundida.
¿No que iba al grupo B, al de chicas? ¿Porqué dijo los? Pensó ella, pero de un segundo a otro ya su vida anterior no existía. Ahora empezaba una completamente diferente.