Falta poco

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En un pestañeo llegaron al castillo de aquella persona. Dentro de ese lugar era imposible saber a dónde ir, mucho más para ambos a los que no les importaba aquel lugar. Al despertar en una de las habitaciones ambos estaban molestos, Ayato en su enojo, rompía todo lo que tenía en frente exigiendo lo liberaran pues eso no era más que un secuestro.

Era evidente pensar en teletransportarse fuera de ese lugar y acabar con el problema, sin embargo, era imposible. El castillo mismo les impedía utilizar sus poderes y cada segundo en ese lugar los ponía más nerviosos.

—¡¿Y que se supone que haremos ahora?! ¡Dime! ¡Todos los planes se fueron a la basura! —el pelirrojo intentaba romper un barrote de la ventana, siendo imposible.

—Trata de calmarte —sentada en una silla admiraba el desorden causado por el vampiro— los planes siguen, lo haremos todo como planeamos.

En ese momento entró una joven vestida de sirvienta quien traía en sus manos una bandeja con comida. A la vista la chica era recatada y sumisa, obedeciendo las órdenes de sus superiores, entrando a la habitación sin miedo cerrando la puerta detrás suya.

—Les traje esto por si tienen hambre.

—Gracias —Natsuki le sonreía, necesitaban un aliado ahí dentro— ¿Cómo te llamas?

— Soy Shanon señorita Natsuki.

— Solo Natsuki por favor —aquella chica los conocía era un buen comienzo—¿Crees que haya una manera de salir de aquí? —preguntaba mientras Ayato se comía todo lo que había en la bandeja.

Al momento de responder, Sharon fue interrumpida por el dueño de aquel castillo. La puerta se abrió de golpe, mostrando al causante de sus desgracias Tal parece que los estaba vigilando para que nadie de la servidumbre pudiera ayudarlos.

—Shanon sal de aquí necesito hablar con los novios.

—Si señor —la muchacha se retiró del lugar no sin antes sonreír levemente.

—Bien queridos mañana se casarán y nada debe salir mal así que se quedarán aquí hasta que sea momento de ir a la iglesia.

—¡Tú no puedes obligarnos a casarnos! —la ira del pelirrojo volvió más fuerte que antes.

—Ayato eso es algo que se decidió hace mucho tiempo, no hay nada que puedan hacer —desvió su vista a la futura novia y continuó— ¿No es cierto?

—Así es, Ayato y yo nos casaremos —tenía los ojos cerrados guardando dentro el dolor que significaba pronunciar aquellas palabras.

— Así me gusta querida, los dejo tengo cosas que confirmar para mañana.

Tras su partida Ayato se quedó viendo impactado a la joven por lo que había dicho. Por su cabeza la idea de hacer lo que aquel hombre deseaba era una locura y pensaba que para ella significaba lo mismo.

— ¡Te rendirse así nada más! ¡Qué hay de Subaru y de Yui! ¡Lo mandarás todo al demonio!

—Solo lo dije para que no sospechara nada.

Los dos estaban fuera de sí, la preocupación reinaba en el lugar y decidieron pensar en silencio en sus próximos pasos para salir bien librados de esa. Por el contrario, el resto de la familia Sakamaki estaba esperanzado en que el plan funcione y para ese momento del día repasaban su plan.

—Reiji será un suicidio si nos presentamos a la boda con ese plan —dijo Shuu.

—No lo será, Natsuki y Ayato saben que deben hacer —se posicionó frente a todos y recitó su plan— Yui, cuando Natsuki llegue al altar después de tí te posicionas al lado de Ayato y Subaru, tú al lado de Natsuki.

El Dulce Amor De Una VampiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora