Por Un Hermano

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Ya habiendo planificado la fiesta sorpresa para el cumpleaños de Reiji, solo debían poner en marcha los planes. Primero harían una piñata y los encargados Kanato y Shuu hacían lo que podían sin obtener resultados favorables.

—¡Kanato, te digo que le pares a los brillos!

—¡Pero se ve muy bonito! ¿No es cierto Teddy? —con una mano abrazaba a su oso de peluche y con la otra agitaba un envase del que salían brillos de colores.

—Al menos no ensucies tanto —se cubría con sus brazos pues los brillos saltaban por todos lados.

—Un poco de limpieza a este lugar no le vendría mal.

—Todo estaba limpio antes de que le pusieras estos brillos, esto ya no parece una piñata, parece un arcoíris —observando la piñata, ya no había tiempo para hacer una nueva— no creo que a Reiji le guste, ¿Que le ponemos dentro?

—¡Dulces y papel de colores para que le caiga encima!

—Eso se vería bien, buena idea —disfrutaba pasar tiempo con uno de sus hermanos— al fin pensamos igual.

—Te dije que sería una buena piñata para Reiji.

—Después de todo tienes razón.

Terminaron la piñata para Reiji, también limpiaron la habitación que usaron para armar la piñata ya que, gracias a Kanato con la ayuda y consejo de Teddy, la habían llenado toda de brillos y papeles de colores y claro, sobres de dulces que se comieron entre Kanato y Shuu, invitando uno que otro a Teddy.

Ese pequeño momento ayudó a estos hermanos a llevarse mejor entre ellos y por un momento dejar sus diferencias a un lado para darle una sorpresa a su hermano que verdaderamente era como una madre para ellos.

Lo segundo en la agenda es realizar una tarjeta de cumpleaños, trabajo elegido por Subaru y Ayato que, entre grito y grito, aún no empezaban.

—Tu eres muy enano para andar gritando a tu hermano MAYOR — puso énfasis a la última palabra.

—Por muy hermano mayor que seas ¡Eres muy BAJITO! —dijo con énfasis la última palabra al igual que Ayato lo hizo.

—No estamos aquí para pelear —dijo más calmado— ¿Qué tal si por ahora quedamos en paz?

—Me parece bien, empecemos con esa tarjeta.

—¿Qué le ponemos?

—Feliz Cumpleaños ¿Reiji?

—¡Claro que es para Reiji! — más tranquilo ayudaba en la tarjeta pensando en los motivos detrás de ella— aun no entiendo ¿Por qué querías que hiciera la tarjeta contigo?

—No quería que la hicieras con Natsuki... ya sabes de lo que hablo.

—¿Eso es lo que te preocupa tanto? ¿Que yo me case con ella y los separe?

—En simples palabras sí, no quiero que se separe de mí, la amo tanto que el solo pensar que puedo estar sin ella —contuvo la rabia que sentía, no quería pelear con su hermano— la verdad no me gusta para nada esa idea.

—No te preocupes, todo saldrá bien te lo prometo —dijo con una sonrisa que a Subatu le inspiró confianza.

—Gracias.

Esos dos hermanos también pusieron a un lado sus diferencias, ninguno quería hacer daño al otro y menos que se separen aún más por una mujer. Ayato sabía bien que, si Subaru quería a alguien, la quería con todo su corazón, y no dejaría que su hermanito sufriera si el destino hiciera que se alejara de ella.

El Dulce Amor De Una VampiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora