Tú, Mi Amigo

226 10 0
                                    

El peliblanco no podía creer que había encontrado a aquella chica, había pensado en una pequeña posibilidad de encontrarla, saber más de ella y entender el potencial que tenía. Ahora que tenía la oportunidad de hacerlo no sabía cómo iniciar una conversación. ¿Qué le diría? no podía decirle: Hola ¿Recuerdas que anoche alguien te seguía? ¿No? pues era yo. No, eso seguro la asustaría y quería evitar que se alejara, era la primera vez que llegaba a sentirse de esa forma, sentir temor por el qué dirán de él. Aquel detalle no era nada importante en cualquier otra circunstancia, tenía una tarea que cumplir, sin embargo, la paz que transmitía la mirada de la chica le decía que dejara todo de lado, que ella no merecía tal cosa. Decidió hablarle después de tomar aire profundamente para relajarse.

—Me llamo Subaru ¿Y tú?

—Natsuki, es un gusto conocerte —sonreía de manera nerviosa.

—El gusto es mío, estás algo nerviosa, ¿Te pasa algo?

—No nada —se alejó un poco para tranquilizarse y prosiguió— es solo que soy un poco tímida, eres el primero en hablarme aquí.

—Ya veo, entonces tú también eres la primera a quien le habló.

—¿Enserio? —veía con ternura las reacciones de la chica, tenía algo especial, razón por la cual había decidido seguirla la noche anterior— creí que tenías amigos.

—No, no tengo, no los necesito, me siento bien así —le devolvió la mirada pensando en su siguiente paso— hey seamos amigos ¿te parece?

—Claro, amigos entonces.

Fue la mejor noticia que pudo haber recibido, de esta forma podría estar cerca de ella y protegerla de todo. No entendía el porqué de esos sentimientos por alguien que apenas conocía, ¿por qué siento esto? se preguntaba constantemente sin encontrar respuesta.

Tocó el timbre y todos salieron rápido para ir a comer algo o seguir hablando con sus nuevas amistades. Ninguno de los dos tenía hambre en ese momento, es así que salieron y recorrieron el instituto comiendo uno que otro bocadillo para calmar los nervios y continuando con la conversación.

—Dime Subaru ¿Cómo es tu familia? —no pudo evitar preguntar, le atormentaba hablar de su familia pues pensaba que cualquier otra era mejor que la suya.

—No creo que sea bueno hablar de ello —caminaba delante de ella, odiaba hablar de su familia— es mejor que no insistas.

—Vamos, estoy segura que no puede ser tan malo como... —se vio interrumpida por un golpe a la pared al lado suyo, era Subaru que intentaba decir que parara.

—¡NO PIENSO DECIRTE NADA SOBRE ESO! —al instante se arrepintió de lo ocurrido cuando logró ver a Natsuki asustada, era lo último que quería.

—Lo siento, no fue mi intención asustarte, perdóname por favor —dijo mientras se acercaba lentamente intentando tomar la mano de la joven.

—Descuida —fue ella quien tomó la mano del peliblanco— al fin y al cabo, fui quien insistió.

Era una tierna escena que nunca antes el hermano mayor de Subaru había visto. Laito, quien pasaba por ahí había notado la cercanía de su hermano con la que pensó sería su nueva presa. Tal fue la confusión que sintió que pasó de largo las verdaderas razones que asociaban a los Sakamaki con ella que los impulsos por llevarse aquel premio no fueron contenidos.

—Hola Bith-chan, veo que conociste a mi pequeño hermano —no dejaba de lado aquella sonrisa burlona a pesar de estar lleno de ira al sentir que algo suyo fue robado.

—Laito ya vete —su lado protector se dejaba ver— ella no tiene nada que ver contigo.

—Hay hermanito, ¿Crees que me importan tus amenazas? aquí la única que decide es Bitch-chan, así que dime —avanza hacia ella sin dudarlo mirándola fijamente a los ojos—¿Podemos ser amigos?

El Dulce Amor De Una VampiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora