No Todo Sale Como Planeamos

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Los preparativos estaban listos, el pastel, piñata, tarjeta, decoraciones e incluso un regalo, estaban cuidadosamente ocultos de su destinatario. Todo lo habían hecho para hacer que Reiji supiera lo valioso que era él para la familia.
Lo que resta por hacer es adornar el estudio en el que se llevaría a cabo la fiesta de cumpleaños sin ser descubiertos por el pelinegro.

—¿Reiji no te moviste de ahí? —preguntaba el nuevo residente de la mansión.

—No para nada, ¿Debía hacerlo?

—N-no quédate ahí, ¿Quieres té o algo? —haría lo necesario para que la fiesta sea una verdadera sorpresa para él.

—¿Me estás comprando con un té Natsuki?

—No lo digas así — se acerca a él lentamente, cansada por un largo día— ¿Lo quieres o no?

—Si lo quiero, aquí estaré esperando.

—No te muevas, ya vuelvo.

Todos esperaban las indicaciones de Natsuki para poder entrar con el regalo sin que Reiji los viera, de hacerlo, el pelinegro no se sorprendería y todo sería un fracaso.

—¿Qué pasó, podemos entrar?

—Si, pero rápido, que alguien oculte el regalo... debo prepararle el té.

—¡¿Qué harás qué?! —la idea de servirle de cualquier forma a su hermano tenía a Subaru confundido.

—Tranquilo, solo es té, pero si quieres puedes ayudarme.

—Y lo haré —entraba a la mansión directo a la cocina sin saludar a Reiji.

—Gracias Suba—kun.

Entraron todos muy cautelosos de que Reiji los viera, como no tuvieron tiempo de pensar, todos se fueron a la cocina a discutir quien tendría que guardar el regalo, todos estaban gritando y el lugar se había convertido en un caos.

—¡Guárdalo tú! —exigía Ayato.

—¡Que ya dije que no! —respondía el peli morado.

—¡Alto, alto, Reiji puede venir y descubrir todo! —dijo Yui ya alterada por tal situación.

—Tiene razón, puede venir, mejor le doy su té, mientras vuelvo ya deben haber decidido quien lo guardará.

Natsuki fue a llevarle el té a Reiji con la sorpresa de no encontrarlo en el lugar en el que lo había dejado sentado antes de salir. Al no encontrarlo, dejo caer la taza de té que tenía, Subaru fue el primero que llegó a ver qué pasaba, seguido por Yui y los demás, al no encontrar a Reiji, todos volvieron a la cocina y vieron como Kanato se aferraba al regalo que estaba cubierto con un mantel para que Reiji no lo viera si por alguna razón entraba a la cocina.

—¡No Reiji! no dejaré que lo veas.

—¡Tengo derecho a saber que es! —dijo jalando a Kanato para poder agarrar el regalo.

—¡Reiji! tranquilo —le dice Natsuki calmándolo, haciendo que le entregara el regalo que le logró quitar a Kanato— espera un poco, ya sabes la curiosidad mató al gato, yo me lo llevaré.

Al decir eso se fueron dejando a Reiji con Shuu ya que después de unas señas discretas el pelinegro captó la atención de su hermano, al parecer necesitaba preguntarle algo.

—¿Tú sabes que hay debajo del mantel o que es esa cosa?

—Si y no... no te diré que es —dijo cansado como siempre— lo arruinarías si lo supieras, solo espera un poco... hermanito —salió de la cocina con una sonrisa ladina en el rostro.

El Dulce Amor De Una VampiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora