Capítulo 3

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Capítulo 3: Decisiones difíciles.

Eric y yo decidimos salir a la zona de entrenamiento a solas para que le enseñara las nuevas habilidades que había aprendido. Mi padre desconocía que nosotros nos conociamos desde hace unos cinco meses. No podía contarle que, en contra de su voluntad, me había convertido en Daeva y que pertenecía a un grupo, una especie de legión, donde conocí a Eric.

-Veamos que has aprendido, Sinsajo.- Me llamaba así por lo revelde que llego a ser aveces y me encantan esos pequeñitos pájaros azules que sinvolizan la libertad- Me pregunto que tal va tu invocación de fuego...

Me mordí el labio incoscientemente ya que no era mi mejor baza. Estaba acostumbrada  a ir con Ventisca que es más parecido a un perrito, un perrito bastante grande con una melena azul... bueno quizá se parezca más a un león azul. Pero la invocación de fuego, Magmatic le llamo, es más grande, con forma de un guerrero con espada escudo y casco. Lo peor es que era dificil de esconder ya que al acercarse a los muebles los dejaba achicharrados y tenía que inventarme cualquier escusa a la asistenta, aparte de que Magmatic mide unos dos metros y medio.

-Creo que deveríamos empezar por... el de tierra o el de agua... Almenos con ellos no hay riesgos de incendiar el palacio. - Intenté colarle esa trola pero no funcionó.

Suspiré intentando relajarme, saqué mi bola mágica y la puse entre mis manos, la miré y empezó a brillar, manando de ella unos brazos color azul oscuro y la bola se suspendió entre mis manos. A donde quiera que posicionara mis manos allá iva la bola. Miré al frente, un campo verde extenso se veía hasta la lejanía. El palacio de Sactum, la ciudad más importante de Elísea, se encontraba flotando en el cielo con lo que si daba unos pocos pasos me caería en el abismo.

Puse la bola en el centro de mi cuerpo inclinándome un poco para concentrarme, suspiré y cerre los ojos, y pronuncié unas palabras que escritas serían algo parecido a esto "Muchorvi ajakam". Abrí los ojos. Nada había cambiado. Pensé que me había equivocado una vez más, pero justo entonces apareció Magmatic de entre el suelo escabandolo sin tocarlo. Al salir me miraba con cara de asesinarme, creo que no le llamé en un buen momento.

-Valla- Eric estaba aplaudiendo y justo en ese momento Magmatic se relajó.- Estaba seguro de que lo conseguirías. Ya se que sabes hacer tus propios ataques y que sabes manejar a tus espiritus. Creo que ya estás lista para ir a la batalla que se aproxima y tendrás que inventarte una escusa para tu padre.

-Ja ja... queda mucho para esa batalla aún. Mejor será que nos vallamos dentro a hablar con mi padre antes de que nos eche en falta, y así de paso le dices que...- En ese momento vino mi padre, con cara de asombro nos miro a ambos. Se me paró el corazón al ver la escena que se aproximaba.

-Hija... yo... tú...Eric...- Estaba balbuceando palabras que no entendí peronseguro que no serían agradables de oir- Eric márchate, se acerca una horda de Balaures y seguro que querrás estar en tu casa.

-A las 10 en la gruta mañana- me susurró Eric al oído antes de marcharse.- Por cierto, su magestad, su hija es perfecta.

Mi padre no reaccionó ante el comentario, solo se limitó a cerrar los puños y mirarme fijamente. Eric ya no estaba y yo estaba aterrorizada sin saber que decirle a mi padre.

Pasaron dos horas de charlas, gritos y miradas de desesperación. Mi padre me mandó a mi cuarto. Se perfectamente el motivo de su desazón, y era por mi madre. Mi madre era una Daeva que se había dedicado a la arquería y solía ir de cazerias con sus amigos. Mi padre y ella solían cocinar ellos mismos las presas que atrapaba mi madre, y ella quería que yo llegara a ser una Daeva como ella. El problema llegó un día en el que se fue a cazar, iva con Tumbul, nuestro mejor guarda, pero la mala suerte estuvo de su lado y aparecieron unos Asmodianos. Devieron de entrar por una falla y justo se toparon con ellos, y... se llevaron a mi madre. La gente cree que los Asmodianos la mataron, pero Tumbul logró escapar y nos dijo que mientras estuvo con ella, no la tocaron ni un pelo, lo cual me da esperanzas para buscarla. Esa es una de las razones por las que me hice Daeva.

Eric me dijo que fuera a la gruta donde nos reuniríamos alli Rose, él y yo, eramos la legión de Ring's of Eter. El nombre viene de una antigua historia en la cual un anillo echo de Eter puro sería encontrado por un joven y al ponerselo, prodría volar sin cansarse y en todas partes. Desde que nuestro mundo había sido destruido no podíamos volar en la malloría de los sitios y en un combate el volar supone la vida o la muerte.

No sabía que hacer, si escaparme esa noche para ir con la legión a la batalla o obedecer a mi padre por una vez en la vida. Lo peor es que él quería seguir con la boda adelante y esa era un motivo más por el cual  me quería escapar. Di vueltas y vueltas a mi cuarto sin saber que hacer, hasta que comprendí que si habían llegado Balaurs a Elísea sería por que entraron por una falla y eso era justo lo que necesitaba para poder ir a Asmodia y encontrar a mi madre, eso... si la falla me lleva a Asmodia y no a Balaurea.

No lo pensé más, hice un nudo con las sabanas de mi cama y las tire por la ventana sosteniendo uno de los extremos, pero me paré ¿ Para qué quería eso si puedo planear hasta el suelo? almenos puedo planear un par de minutos, lo suficiente para llegar a tierra firme, lejos de la ciudad de Sactum en la nuve. Sin dudarlo más, desplegue mis alas y salté.

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