Capítulo 8

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Capítulo 8: Esperanza.

 Me bajé del carruaje ayudada por la mano de Eric. Estaba realmente enfadada con el, y con todo. Ahora había perdido las esperanzas de poder ayudar a Aiden, pero si mi padre pensaba que él sería un espía o una especie de trampa, no lo tendría fácil para sacarle de la cárcel. Empezamos a entrar en la ciudad de Sáctum. La gente empezó a apelotonarse a verme y lanzaban gritos de alegría que luego cambiaban a gritos de horror cuando veían pasar a Aiden. No me gustaba ver que hacían eso con él. Seguramente él era mejor persona que muchos Elios de aquí, y eso nadie lo veía. ¿Es que nadie comprendía que me había salvado la vida? No, a ellos lo único que les importaba era su raza, y lo abucheaban por eso. Cuando la gente empezó a tirarle cosas, me enfadé y retrocedí hacia atrás para reunirme con el y darle ánimos y disculparme por los malos tratos que estaba recibiendo, los guardias me intentaron parar, pero esta vez me las apañé para escaparme de ellos, y llegué a donde él estaba.

-Aiden, lo siento, lo siento de veras, no les juzgues por esto, no saben la buena persona que eres.- Todo lo que le decía me parecía insuficiente para disculparme.- Lo siento amor yo pensaba que…

-Tranquila, ¿vale?, les entiendo perfectamente, puede que esto sea lo que me merezco.

-¿Cómo? Tú no te mereces nada de esto ¿me oyes? Eres el mejor hombre que e conocido.

En ese momento los guardias volvieron a atrás y me cogieron. Me intenté librar de ellos nuevamente pero esta vez, para mi sorpresa, fue Eric el que ordenó que me soltasen.

-Dejad que hable con él un rato, al fin y al cabo son sus últimos minutos juntos.

Eso me desgarró el corazón. La gente no entendía porqué hablaba con el y se oía un murmullo desconcertante. Miré a los ojos a Aiden y no pude evitar echarme a llorar, y él al ver caer las lágrimas por mi cara, sacó la mano por entre los grilletes y me las quitó, pero un guardia enseguida le propinó un golpe.

-¡Eh!- El siguiente golpe se lo propiné yo al guardia.- Déjale en paz.

En ese momento vino Eric, se acercó y me cogió del brazo, yo no quería moverme de allí, pero el tiró bruscamente y me llevó arrastras al principio de la fila de guardias y esta vez me puso unos grilletes atados a un megalodón (una especie de animal de carga) para que no me pudiera escapar otra vez. Seguí llorando y pude ver como a Eric no le gustaba mi aspecto.

-Querida… sé que estás en paz con él porque te salvó pero se pierden amigos siempre.

¿Amigos?... Él si que era algo más que un amigo. Eric no tenía ni idea de lo que yo sentía por Aiden.

-Que sabrás tú… - Le dije mientras miraba al suelo andando hacia el palacio que ya estaba cerca.

Cuando llegamos y nos pusimos en las puertas los trompeteros empezaron a entonar una melodía y la gente se calló. Mi padre apareció por la puerta y al verme echo a correr como buenamente pudo. Me abrazó y empezó a llorar, yo no le di un abrazo debido a que  los grilletes me lo impedían, pero quería abrazarle, y explicarle todo y que Aiden no era ningún peligro. Me miró y empezamos a conversar.

-Hija… oh hija mía, cuanto te e echado de menos. Creía, yo, creía que…

-Tranquilo padre, yo estoy bien.

-¿Ese Asmodiano te hizo algún daño?

-¡No!, al contrario padre, él me salvo, si no fuera por el estaría muerta, ¿no lo comprendes? Él no se merece estar en esa jaula padre.

-Tonterías, ese es el hijo del Rey de Asmodia.

-¿Y qué si lo es? No sé si lo será, pero lo que sí se es que su madre era una Elia y un Asmodiano… pues… bueno imagínatelo, pero él siempre ha odiado a su padre, y de hecho huyó y se escondió en el bosque para no relacionarse con los demás.

Estaba desesperada y yo quería que mi padre comprendiese todo esto, que Aiden no era ningún enemigo.

-Hija… el pueblo también es mi responsabilidad y ellos quieren matarlo.

Al oír esa palabra me desvanecí y caí de rodillas al suelo, suplicándole a mi padre.

-No, no, no, si le matas a él, me matas a mí.

Pude ver que mi padre no entendía nada de lo que pasaba, pero tenía la esperanza de que comprendiera todo y lo dejara libre.

-Hija, entremos dentro, con ese… individuo y que nos explique todo esto con su versión.

-Gracias padre, gracias, gracias.

 Entramos en el palacio, y no pude ver a Aiden. Mi padre me dijo que él hablaría con Aiden tranquilamente mientras yo descansaba y le hice caso. Me fui a mi habitación y me puse una ropa cómoda lista para dormir un poco. Me metí en la cama y cerré los ojos. Tardé como dos segundos en asustarme por un golpeteo en la puerta. Dije que pasara y para mi sorpresa vi a Eric también cansado por el viaje y algo triste. Le incité a pasar y se sentó en el borde de la cama.

-Cariño… ¿de veras te cae tan bien ese Asmodiano?

-Primero, no me digas cariño, y segundo, sí.

-Perdóname. No entiendo porqué. ¿Qué ha hecho para ganarse tu confianza?

-Salvarme, ¿te parece poco?

-No, no, lo veo un gesto noble por su parte pero… oye siento como te traté en la plaza, ponerte esposas y lo demás ha sido deprimente.

-Cumpliste con tus órdenes, pero ya no importa. Mi padre salvará a Aiden.

Estaba feliz por esa esperanza que  tenía, no era capaz de pensar en la posibilidad de que mi padre no salvara a Aiden, solo pensaba en que le iba a sacar de la cárcel, o la muerte.

-Verás Sinsajo, no sé si te tomaste enserio lo que te dije en la calesa. De verdad que te amo, siempre te e amado y nunca me e dado cuenta… e sido tan idiota.

No le dije nada, solo le escuchaba, ya que no sabía que decirle.

-Yo… simplemente, te amo.

Sin esperarme su siguiente pasó, se acercó a mí y me besó, no era capaz de reaccionar, algo me paralizaba y sin saber el motivo, le devolví el beso. Después, entró mi padre y nos apartamos el uno del otro. Mi padre le echó la bronca por no dejarme descansar, y se marcharon juntos. Mientras, yo estaba completamente desnortada sin saber lo que me había pasado, rompiéndome la cabeza pensando en si realmente quería a Aiden tanto como creía o simplemente fue un error. Mi corazón estaba partido en dos. Realmente no conocía casi a Aiden, aunque fuera el ser mas hermoso que había conocido, y el mas amable, pero e de reconocer, que Eric siempre a estado ahí, y puede que le amase aunque no lo supiera y no noté su ausencia por Aiden, puede que realmente Aiden fuera un entretenimiento, o puede que lo fuera Eric. No entendía nada de lo que sentía y entre el cansancio y el lío que se traía mi cabeza y mi corazón, me quede frita.

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