Capítulo 9

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Capítulo 9: Pensaba que le quería, pero no era cierto.

Me desperté agitada, había tenido un sueño extraño. Estaba en una especie de sala, y por un lado había una puerta que daba a la casa de Aiden, en el que estaba él y Tormenta con Ventisca. Por otro lado, había otra puerta con Eric, con mi padre, y mis amigos. Tenía que elegir con quienes quedarme, pero me veía incapaz de elegir. Pensé en los pros y en los contras. Por un lado, me agradaba estar con Aiden, aunque ya no estaba segura de si le amaba realmente. Y por otro lado, Eric, mi mejor amigo desde siempre y mi prometido a la fuerza, pero me paré a pensar, Eric siempre a estado ahí, siempre me a agradado su presencia y siempre pensaba en él, en las batallas, en los momentos que pasábamos juntos… Pero nunca me di cuenta de que eso era amor, y pensé que amaba a Aiden cuando realmente no sé lo que siento. En mi sueño tardé tanto en decidirme que las dos puertas se cerraron e intenté abrirlas, pero ya era tarde. Estaba sola.

Al despertarme, pude ver el rostro de mi padre y el de un médico, que me estaba examinando. Mi padre se alegró al verme despierta.

-¡Hija! Me alegro tanto de que estés despierta ya. Mira e traído al mejor doctor de toda Elísea para que te cure esas heridas. Bueno, en verdad ese Asmodiano te las curó muy bien, pero tenía que mandar a un especialista a que te las mirara.

El doctor, pidió permiso a mi padre para marcharse y se fue.

-Si que has estado bien dormida para no enterarte de que te estaban revisando las heridas hija. Mira tengo buenas noticias. E conseguido que no maten a tu amiguito, pero tendrá que estar bajo vigilancia máxima un tiempo. Estará libre por el pueblo, pero escoltado siempre por guardias. Poco a poco se los iremos quitando, pero es para que la gente se sienta segura. Tenías razón con lo de que no era un Asmodiano al cien por cien. No tiene pelo en la espalda como los de su raza ni los pies como garras.

-Ya te lo dije padre.- Dije totalmente somnolienta.

-Ah y, tengo una noticia aun mejor. Ya tenemos fecha para la boda.

Al oír la palabra boda, me dio un vuelco al corazón. ¿Ya teníamos fecha? Acababa de llegar y ya me casaba genial. El problema era que yo no estaba segura de si me casaba con la persona correcta.

-¿Cuándo será? Padre, sinceramente, yo no estoy segura de que sea una buena idea.

-Paparruchas hija, Eric es un buen hombre, y te cuida mucho. Ya me ha contado todas vuestras aventuras y las batallas que ganasteis. Bueno, e de reconocer que al principio le quería matar por haberte permitido pasar por esos riesgos, pero, es un buen hombre y te quiere y sé que tu también le amas.

Eso me desconcertó, ¿mi padre sabía que yo le amaba cuando en realidad yo no sabía lo que sentía? Madre mía…

-Padre veras es que yo no sé si le amo, mas bien es que no sé a quien amo padre.

-¿Acaso hay alguien más hija?

Quería contarle todo pero temía que hiciera algo contra Aiden.

-¿Volveré a ver a Aiden padre?

-No lo sé, depende de cómo se comporte en el pueblo. Si se comporta bien, a lo mejor, pero sería complicado.

Eso me entristeció, pero a la vez me hizo que me centrase en lo que tenía que hacer. Si realmente no volvería a ver a Aiden, me olvidaría de el, y podría centrarme en lo que siento por Eric. Sería una oportunidad de aclarar mis ideas y no hacer daño a ninguno de los dos. Aiden comprendería que no podemos estar juntos si no nos vemos. Es más me imagino que ya se habrá imaginado que no podemos estar juntos. Si veo que realmente no amo a Eric, dejaré que todo pase y ya encontraré a la persona ideal. La verdad es que todo este asunto se me estaba escapando de las manos  y no sabía si esta era la mejor opción.

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