Capitulo 7:

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Capítulo 7: Malas noticias

Pude ver como la falla se cerró emitiendo un destello cegador. La cabeza me dava mil vueltas y Ventisca se desplomó en el suelo, y después fui yo la que se desplomó.

Tuve un sueño, en el cual estaba yo en la casa de Aiden sola. Ya no había nieve y a lo lejos se podían ver a muchos Asmodianos con antorchas y armas. Intenté salir de la casa pero me era imposible, los Asmodianos se acercaban cada vez mas rápido y se acercaban a quemar la casa. Unos segundos más tarde estaba entre llamas, pero no me quemaban, podía tocarlas y no me hacía daño. Todo era muy extraño, miré por la ventana y detrás del humo pude ver a un Asmodiano, montado en un caballo y con rópas elegantes cómo las de mi padre, solo que más oscuras. El supuesto rey o principe, se estaba riendo, levantó con una mano su espada y exclamó "Mi hijo pagará al fin por su traición". La muchedumbre le aplaudía, en ese momento empecé a toser devido al humo que había y todo se desvaneció.

Me sentía mareada, como cuando tienes un mal sueño y te despiertas atontado por la noche. Intenté abrir un ojo, al principio no podía ver nada más que un borrón verde. Después abrí el otro ojo y pude ver con más claridad. Ventisca estaba tirada en el suelo, levanté una mano y acaricié su ocico y ella movió la nariz. Empezó a abrir los ojos, yo mientras intentaba reconocer el lugar donde estábamos. Había un bosque verde con un lago al fondo en el que estaban jugando unos zorritos y unos espíritus de agua. Unos metros detrás estaba Trueno y Aiden tirados en el suelo, me arrastré como pude para reanimarlos, pero Ventisca se me adelantó y empezó a empujar con el ocico a Trueno, y este empezó a abrir los ojos. Me levanté como pude, y me acerqué al lago para refrescarme la cara, los zorros me empezaron a bufar y yo estendí mis alas y me puse en posición de ataque y ellos se alejaron un poco. Por el contrario los espíritus de agua se me acercaron, pero no con mala intención, sino que me ayudaron a refrescarme y a limpiarme un poco. Les di las gracias y de repente vi a Ventisca y a Trueno correr hacia el lago y zambullirse ennel agua y empezaron a juguetear entre ellos. Sonrrei levenente y vi a Aiden arrodillarse en el lago y los espíritus hicieron lo mismo que conmigo. Era feliz en ese momento, y no quería que se acabara nunca, entonces intenté situarme, no podíamos estar en Verteron porque allí no hay lagos tan grandes en bosques como este. No estábamos en Elísea ni en Porta,a si que el único sitio que quedaba era Elnen.

-No deverías haberme traido aquí. Pero gracías.

Aiden estaba igual que siempre, con su voz aterciopelada y dulce, mirandome con sus bellos ojos negros.

-Me dijiste que te prometiera que no cometería ninguna estupidez.

-Yo no te dije eso pequeña, te dije que...

-Shhh... calla.-  Le tapé la boca con un dedo y sonrrió.- No estropees este momento.

Cuando dije eso él se acercó a mi, me rodeó con sus brazos y me besó.

Ventisca y Trueno nos interrumpieron salpicándonos con el agua y nos apartamos el uno del otro y me sonrrojé. Él se empezó a reir y me cogió la mano y me dijo con voz extraña:

-Nada podría estropearlo ya.

Las siguientes horas estubimos hablando y planeando cómo llegaríamos a la ciudad de Elnen. Lo que no habíamos pensado era cómo podríamos hacer que no apresaran a Aiden por ser Asmodiano, pero yo pensaba que diciéndoles que me salvó la vida y que no era un Asmodiano al cien por cien, no le arían nada.

Por la tarde todo cambió, se acercaron un grupo de soldados mientras que Aiden  se había ido a por algo de comida, el momento perfecto para explicarles lo ocurrido. Les expliqué toda mi historia sin faltar detalles y ellos dudaron al contestar.

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