Idealista - Por Un Mundo SIN PERSONAS

Las Ventajas de Soltero SIN Hijos

El viernes pasado fui a una fiesta que me invitaron unos amigos de la iglesia a la cual pertenezco. La verdad que hace mucho tiempo que no iba a ninguna fiesta, y no porque me este transformando en autista y solitario (pues eso ya lo soy) sino por mis horarios de mis estudios, eso hacía que estuviera muy cansado y sin ganas de salir a bailar o conocer personas nuevas. Al llegar a la fiesta me encontré con un sin número de personas bastante agradables. Luego de bailar unos minutos (no bailaba hace meses, y bueno se sigue sumando el tiempo porque lo que hice específicamente ahí no fue bailar) el ambiente se transformo más que en una fiesta, en un debate. Todos ya sentados, empezamos a discutir sobre anécdotas en nuestras vidas. Después que muchos habían hablado, coincidió que todos teníamos algo en común, todos estamos solteros y ninguno tiene hijos. A parte de eso, coincidíamos en que hace muchos meses que ninguno salía a fiesta, reuniones con amigos o un improvisado debate abierto entre gente desconocida. Pienso que a propósito, salió el tema de cuáles eran las ventajas de estar en esta condición. Entre risas salieron algunas bromas como decir que una de las ventajas era que teníamos dinero. Entre las muchas ventajas se mencionaron: No sufrir por amor, no cambiar pañales, ser creativos, disfrutar de maratones solitarias en Netflix, tener capacidad de dominio de redes sociales, expertos en lol, doctorados en farándula y dioses en la cama, eso sí, en dormir.

Sacando cuentas, todos hace más de 11 meses que no salía de su casa, sino tan solo para trabajar y estudiar. En ese momento no escuche ninguna queja, nadie decía sentirse más solo que Adán en el día de la madre o que Judas en el día del amigo, para nada, todos (incluyéndome) bien asumidos en su postura, al tener presentes que el estar soltero y sin hijos de apoco nos ha ido transformando en solitarios independientes amigos de lo individual y personal.

Al llegar a esa conclusión, recuerdo que hubo un silencio sepulcral.

Por unos segundos, logramos fijar bien nuestras vistas a nosotros mismos. Éramos todos individualistas, así que una mirada personal era más efectiva que cualquiera a un prójimo cercano. En estos casi 12 meses de estar Soltero y sin Hijos, nos fuimos quedando los hombres sin pelo, gordos, feos, enojones, asustadizos, sin confianza. Estábamos todos transformados en onanistas de clase mundial. Las mujeres en cambio, estaban también gordas, con neumáticos imposibles de pinchar, sin maquillarse, sin autoestima, con sus labios y cabellos secos, ya todas prácticamente ejercían el tribadismo.

Al ver nuestra cruda realidad, descubrimos que las ventajas no eran tantas como pensábamos ahora. Comenzamos a llorar todos apoyándonos y haciendo una promesa que nadie saldría de ahí sin una novia y sin por lo menos intentar dejar embarazada a alguien.

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