Yo sabía que debía recuperar mi memoria, sabía que de tenía una vida que valía pena recordar y
una familia que me amaba y me sigue amando.
Si hubiera recuperado mi memoria por medio de Lucifer no hubiera podido hacer nada al respecto,
sólo enojarme con Andrés lo cual tampoco sirve de nada porque él seguiría siendo mi encargado,
mi alma le pertenecería, seguiría siendo un demonio.
Y lo sigo siendo, sólo que ahora gracias a Dios tengo la oportunidad de convertirme en ángel y
poder estar con Lucas.
Antes de irme Lucas intentó convencerme en dejarlo ir conmigo diciéndome que él conocía a
Andrés. Que no quedará tranquilo dejándome ir sola enfrentarme a alguien como él.
Yo sé a lo que me enfrento y estoy decidida a hacerlo pero cómo él lo sabe? Como es posible?
Me tomó de la mano y dio un gran suspiro antes de decir- Te diré la verdad.
Andrés era su hermanastro.
Su padrastro y Andrés tenían un negocio de drogas, Lucas lo sabía pero no quiso decirle nada a su
madre para no lastimarla ya que ella estaba muy enamorada. Lucas sólo quería protegerla hasta el
punto que se metió en varias peles a causa de Andrés y este lo molestaba sólo porque Lucas se
negó a ser parte de su negocio. Lo que Lucas no sabía es que ese negocio estaba oculto en un
compra y venta que su madre y él manejaban.
Lucas lo sospechaba ya que en veces llegaban clientes que buscaban a Andrés o a su padre muy
seguido. La mayoría de cosas que vendían eran donaciones que la iglesia daba a su madre. Esta era
muy querida por todos.
Un día llegó Un cliente con guarda espaldas apuntándonos con pistolas, buscando a Andrés.
Normalmente los clientes de Andrés no llegaban de esa manera tan brusca o tan molestos.
Preguntaron por su mercancía y como ni Lucas ni su madre sabían algo al respecto se molestaron
aún más y comenzaron a registrar toda la tienda llevándose todo incluyendo a su madre y Lucas
murió en el intento der salvarla.
Ahora estoy aún más decidida en enfrentarme a Andrés y detenerlo de una vez por todas. Debe
dejar de hacer tanto mal.
Lucas pensó que al contarme eso lo iba a dejar irse conmigo pero recordé la herida que me hice en
la mano al intentar tocarlo, la última vez. Entonces le expliqiue:
-Los angeles y demonios no se pueden tocar.
Suspiró de frustación y cuando alzo su mirada no quitaba sus tristes ojos de mis labios y se me
acercó rápidamente antes de que tuviera tiempo de alejarme para darme un beso.
Ugh soy una vendita masoquista. A pesar de ardía con el infierno se sentía tan bien.