17. Un Último Grito

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Takeru

"Supongo que este será el último recuerdo que escriba en este cuaderno, ya no hay necesidad de seguir utilizándolo, tengo a mi hermano, a Hikari y a los demás junto a mí ¿Qué más puedo pedir? Estoy contento a pesar de tener que ir tras Kirika y tener que plantarle cara, aparte de estar feliz tengo un poco de temor de lo que vaya a pasar... Hemos logrado salir milagrosamente del bosque y nos hemos asentado durante un rato en una gasolinera abandonada, al parecer han encontrado un autobús que parece funcionar, Joe e Izzy se están encargando de arreglarlo, me alegro que estén con nosotros en estos momentos tan difíciles. Bueno, ahora mismo estoy apoyado en un pilar de neumáticos pegados el uno al otro, quería estar un rato solo así que me aparte del grupo. Siguiendo con mi último recuerdo, fue hace cinco días..."

Aquel día recién empezado, el sol se elevaba poco a poco por las altas montañas que se veían al fondo de un paisaje verde, los pajaritos que se presentían la llegaba de un nuevo día emprendían su dulce canto. Un chico de pelos dorados se encontraba descansando en un suelo frio de madera tapado por una fina manta que lo estuvo medio-protegiendo del frío durante varios días, estaba abrazado de su pequeño compañero que le proporcionaba gran seguridad durante las noches. Las ventanas estaban tapadas por frazadas amarillentas para evitar la entrada del viento helado así que los rayos de sol no entraron dentro de la cabaña, pero Takeru ya había abierto los ojos; se separó del Digimon volador y se incorporó con algo dificultad por el dolor de espalda que se le iba formando. Viendo su mochila desde su posición se pudo fijar que las latas de comida que estuvieron racionalizando ya se estaban quedando obsoletas, eso era un problema ya que conseguir alimentos en la situación que estaban resultaba arduo. A su vez, el chico norteafricano que se encontraba echado en la cama no paraba de hacer ruidos, tosía y a veces no dejaba de repetir el nombre de su difunto hermano menor; Terrence intentó no sufrir demasiado para seguir con el viaje pero lamentablemente la depresión pudo con él, se mantuvo echado en la misma cama desde que llegaron a por primera vez a la cabaña sin poder movilizarse salvo para comer "Déjame y vete a buscar a Hikari" Le dijo a su amigo Takeru al tercer día, pero este rechazó su propuesta argumentando que sería incapaz de abandonar a alguien sabiendo lo mal e inservible que se encontraba, además en lo más hondo de su conciencia sabía que la Digielegida de la Luz era muy valiente y fuerte para valerse por sí misma, también que lo esperaría hasta que él fuera tras ella. TK fue al momento a revisar las estanterías donde habían encontrado gran variedad de alimentos, pero desgraciadamente ya no quedaba ni un envase, se habían terminado todo entre los tres... Terrence emitió un grito de dolor y comenzó a sacudirse bruscamente encima de las mantas, aún tenía los ojos cerrados por lo que se podría tratar de un mal sueño; de igual manera, el rubio se le acercó y sin dudarlo le tocó la frente, estaba ardiendo, su cara estaba totalmente enrojecida acompañado de incesantes toses "Despierta" Le dijo Takaishi a su amigo en un tono elevado, consiguió que el joven abriera medianamente los ojos y lo mirara con irritación a sus ojos azules "Estoy jodidamente mal, colega" Volvió a toser tapándose la boca, dejó que su brazo cayera muerto fuera de la cama. Patamon por los ruidos había logrado despertarse y posicionarse encima del hombro de su compañero como hacía habitualmente, miró al enfermo y cayó en la idea de salir afuera y buscar medinas donde sea ya que si dejaban que el tiempo pasase, iba a empeorar e incluso llegar a morir. El muchacho rubio no tenía las ideas claras todavía, tenía temor de salir y aventurarse en lugares donde podría perderse con facilidad, Patamon podría Digievolucionar a una de sus fases pero por la falta de comida que el digital necesitaba no iba a durar mucho siendo un Angemon; pero su amigo sufrió y verlo de una manera tan desastrosa le rompía el alma "Al diablo, iré a buscar medicinas, tu intenta relajarte que vuelvo enseguida" Takeru Takaishi sacó los desechos de su mochila dejándola casi vacía, solo llevaba dentro una linterna, un cuchillo, vendas y una barra de chocolate; lo acomodó todo lo mejor posible pendiente de no olvidarse nada... Ya estaba preparado así que salió de su refugio abriendo su puerta de golpe, recibió un impacto leve de aire frio que resultó muy molesto, necesitaba un poco más de ropa si quería sobrevivir a un posible invierno. Ya fuera se quedó un rato mirando el sendero que llevaba hasta lo más bajo del monte donde se encontraban; pero una luz que apareció detrás del joven le hizo reaccionar al instante, este se dio media vuelta y observó que Patamon se había trasformado en el poderoso Seraphimon "Tu Esperanza me da fuerzas, Takeru" El chico le sonrió y fue para acariciarle una de sus armaduras superiores "Gracias amigo, ya pensaba ir caminando" El ángel cogió a su compañero con sus brazos fuertemente para evitar que se pudiera caer, pronto se iba elevando por los cielos hasta contemplar una inmensa condensación verde que se expandía por cualquier lado que se vea, era un bosque enorme no cabía duda. Seraphimon se mantuvo concentrado un buen rato mientras que Takeru intentaba no mirar mucho abajo, daba demasiado vértigo y no se podía engañar a sí mismo "Listo, encontré un sitio" Al pronunciar su palabras, el Digimon se desplazó a una velocidad impresionante, sus indomables y finas alas doradas parecían proporcionarle un turbo excepcional, el chico se sentía orgulloso ante aquello pero a la vez un poco mareado por las vueltas que daba al planear. Pasado cinco minutos Seraphimon aterrizó, Takeru que había decidido cerrar los ojos durante todo el viaje los volvió a abrir para observar lo que tenía en frente... Era una calle que contenía todo tipo de negocios y casas pequeñas a sus alrededores, añadiendo que prácticamente todo estaba desgastado mostrando un aire de descuido total, las farolas y semáforos habían sido derrumbados bloqueando el paso de cualquier vehículo que transite por esa zona, además que el suelo estaba repleto de grietas acompañadas de pequeños trozos de vidrio esparcidos a lo largo del asfalto "Esto estás hecho una pena" Comentó TK despegándose de los brazos de su amigo digital y avanzando con cuidado hasta situarse en frente de una tienda de ropa, el escaparate estaba agujerado por algún tipo de bala de bajo tamaño, la puerta estaba bloqueada desde dentro así que le resultó imposible entrar "¿Podrías utilizar tu fuerza para abrir las puertas?" Preguntó TK a Seraphimon, este comentó que sí pero que no era recomendable ya que gastaría las pocas fuerzas que le queda. Takeru sabía que el pueblo donde había ido a parar podía proporcionarle varias cosas así que decidió explorarlo más a fondo, pero ante fue hacia su compañero para mandarle unas órdenes "Necesito que vuelvas a la cabaña para que cuides de Terrence mientras no estoy" En un principio Seraphimon se negó rotundamente argumentando que sería incapaz de dejar al rubio en un sitio desconocido, pero el chico lo sujeto de ambos brazos cubiertos de un duro metal y le habló firmemente "Por favor te lo pido amigo, estaré bien... He dejado una lata a medio comer, termínatela y recobra fuerzas... Vuelve aquí dentro de dos horas, yo estaré aquí esperándote, te lo prometo" El ángel se lo pensó por un momento pero al final terminó aceptando de mala gana. Dio su último adiós y se elevó hasta lo más alto para desaparecer de una rápida planeada; Takeru estaba solo en un sitio que parecía desolado, pensó un momento si su elección fue la más sensata, quizás no pero a él no le importó, lo que más le preocupaba era la salud de su amigo que a pesar de saber que Takaishi lo iba a llevar a un sitio donde su libertad se iba a acabar decidió apoyarlo en todo momento a pesar de las duras circunstancias "Te debo una" Se dijo para sí mismo; se arrodilló y puso su mochila en suelo para sacar el utensilio más útil que tenía, su cuchillo afilado por si alguien se le ocurría salir de repente de la nada. Se volvió a llevar su mochila a su espalda para empezar a caminar observando en primer lugar que le ofrecía cada tiendas... Esperaba encontrar una farmacia por algún lado pero no había ningún letrero que le facilitase las cosas, según recordaba en antiguas experiencias en el Digimundo, las farmacias no eran las únicas que poseían medicamentos sino también los hospitales, es lo que le comentó Tai aquella vez que intentaron buscar desesperadamente una medicina para Kari. Pues se detuvo en observar un mapa estampado en una parada de autobús, y si seguía las indicaciones que le mostrase no tendría ningún problema en llegar, solo tenía que avanzar cinco calles al norte y doblar a la derecha, seguir andando hasta ver el edificio de salud. Takeru no perdió tiempo y fu hacia su destino a pasa rápido... Se le fue imposible no observar una enorme presa que bloqueaba el caudal de un rio evitando que inundara completamente la población, a simple vista se veía lo malgastada que estaba y lo poco que iba a durar protegiendo el pueblo del agua. Pasado unos largos minutos logró llegar a la entrada del centro médico, su jardín estaba descuidado y la hierba mala estaba creciendo a pares, pero por una extraña razón la puerta que era de un material duro se encontraba abierta a consecuencia de la rotura de sus candado, TK empezó a sospechar que adentro podría haber alguien; no se quedó pensando mucho tiempo y entró. Ya dentro anduvo por la pequeña recepción que consistía en diez sillas de espera, un escritorio de madera con un ordenador encima y unos cuantos archivos, y por último una televisión rota que servía para indicar el turno de los pacientes... Se percibía en aire cargado e intranquilo, podría tratarse de la falta de luz pero era algo más oscuro, TK fue hacia los pasillos a paso lento con el cuchillo en la mano apuntando nerviosamente a todo lado, pasaba por puertas que daban a salas de consultas o a una minúscula cafetería; se fijaba en los letreros que había en cada puerta hasta que encontró lo que deseaba "Almacén de medicinas" Decía en un cartelito, el rubio proliferó una sonrisa victoriosa, llevó su mano a la manija pero para su sorpresa no hacía falta girarla ya que la puerta estaba abierta; la empujó con delicadeza para poder entrar, no bajaba el cuchillo por nada del mundo... Ya estando dentro estaba todo oscuro, había poca iluminación gracias a los rayos de sol que entraban a través de las cortinas... Con unos nervios que le rondaban por todo el cuerpo escuchó el sonido de una bolsa arrugándose, también los respiros de una persona; Takeru que caminaba detrás de unas estanterías llenas de frascos medicinales logró ver la silueta de alguien metiendo diversas cajas de pastillas en una bolsa, el chico intentó acercarse más para ver de quien se trataba pero su torpeza hizo que pateara un balde lleno de agua mojando poco a poco todo el piso "¡Mierda!" Gritó aquella persona golpeándose la espalda con una estantería... Esa voz le resultó muy familiar al joven Takaishi, tan familiar que no pudo evitar ir hacia las ventanas y romper las cortinas para que la luz pueda entrar con facilidad e ilumine todo el almacén. TK se dio la vuelta para mirar al sujeto... Al ver de quien se trataba se retuvo las ganas de ir tras él e hincharle a golpes; el otro sujeto se tapaba los ojos con la mano a causa de la repentina iluminación... Pero al acostumbrarse, visualizó al rubio pero este solo se mantuvo quieto mirándolo sin pronunciar ninguna palabra... Hasta que uno de ellos habló.

Tu Luz y mi EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora