Día 7

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"Día 7

Aún no me rindo, sé que lo conseguiré. Alfred ha organizado una reunión a modo de fiesta para el G8. Lo único malo es que Kiku estará allí. Intentaré ignorarlo, ¡juro invitar a bailar a YaoYao esta noche!"

Aquel día era muy especial para Iván. Era cuestión de esperar el momento indicado.
 Se encontraba en la mesa principal, junto al resto del G8. Alfred no paraba de hablar (como de costumbre), y todos conversaban alegremente entre ellos. El estadounidense elevó su dedo y guiñó su ojo a la pequeña cabina de vidrios polarizados que se encontraba a un costado del lugar. Fue entonces cuando la música empezó a sonar, y todos los presentes se miraron entre ellos. Alfred empujó a Arthur y a Francis al centro de la pista, obligándolos a bailar. El francés le siguió el juego, aunque el inglés no sabía bien qué hacer. Feliciano se abalanzó sobre Ludwig, invitándolo a bailar con él. Luego de unos minutos de insistencia, el alemán aceptó y el italiano fue detrás de él dando pequeños saltitos de la emoción. Eso dejaba un ambiente tenso en el centro de la mesa. Algo que, por supuesto, el chino no imaginaba. Iván y Kiku se lanzaban miradas de odio mutuas, cargadas de celos, amenazándose continuamente. Yao se levantó de su silla, y entre risas observó a sus compañeros bailarines. Bueno, tres que bailaban, y dos que solo querían que esa música parase. Esa fue la señal de alerta de ambos muchachos, que se acercaron a él al mismo tiempo, con la misma idea en mente.

  — YaoYao, ¿quieres bailar conmigo?— Se apresuró Iván y sonrió internamente. Esta vez él había ganado la carrera.

  — Lo lamento, realmente no me gustan mucho estas cosas.— Susurró algo apenado.

"Punto para mí" -Pensó el japonés.   

  — Oh, claro. No hay problema.— Susurró Iván.  Era una lástima, todo había salido a la perfección.

  — Pero ustedes vayan a divertirse, que para eso es la reunión.— Sonrió el chino.

  — Sabes que yo tampoco soy de fiestas, así que puedo quedarme aquí a hacerte compañía.— Le dijo Kiku. Iván lo maldijo internamente.

  — Entonces, no te pierdas la diversión, Iván.— Sonrió Yao. 

  — Iré a buscar algo para beber, ¿quieres que te traiga algo?

  — Bueno, gracias. —Sonrió Yao.

  El ruso dio media vuelta y se dirigió a lo dicho. Se acercó a una pequeña barra ubicada en una esquina, bufando sin cesar. ¿Cómo no odiar a Kiku? Tomó dos vasos y los llenó del refresco que se encontraba allí. Lanzó una mirada hacia donde estaba Yao, y se sorprendió al ver que el japonés no estaba con él. "Perfecto, es mi oportunidad" -Susurró Iván y se acercó rápidamente donde el chino. 

— ¡Yao! — Lo llamó Iván, y el nombrado volteó rápidamente. En ese momento, el ruso sintió una fuerte presión en su espalda, un empujón, que le hizo perder el equilibrio y derramar ambos vasos sobre la ropa del chino.

— ¡¿Pero qué te sucede, Iván?! — Le gritó, indignado, mientras observaba sus atuendos.

El ruso sintió una pequeña risa detrás de él, al mismo tiempo que el japonés aparecía en escena.

— ¡Fuiste tú, Kiku! — Gritó enfurecido. — ¡¿Tú fuiste el que me empujó, verdad?!

— ¿De qué hablas? Tú fuiste el que derramó los vasos sobre él.  ¿Acaso lo crees gracioso? — Exclamó de manera arrogante, enojando a Iván aún más. El ruso se acercó a él y lo sostuvo del cuello de su camisa con fuerza. Lo alzó unos centímetros y lo chocó contra el muro. El japonés, sin muchos otros métodos de defensa, le dio a Iván un puñetazo en el rostro, y el ruso lo devolvió con más fuerza.

— ¡Ya basta, ustedes dos! — Exclamó Yao. — ¿Qué creen que están haciendo?

— ¡Deja de entrometerte en mi vida! — Gritó el ruso a Kiku.

— ¿Yo, entrometerme? ¡Tú eres el que intenta robarme a mi Yao!

— ¡¿De qué rayos hablas?!

— ¡Él es mío, acéptalo! ¡MÍO! — Gritó el japonés con fuerza. Justo en ese momento, la música dejó de sonar, enfocándose todos los presentes en aquella pelea.

— ¡Los dos, son unos idiotas! — Se quejó el chino, llamando la atención de ambos. — ¡Dejen de hablar de mí como si fuera un objeto!
Yao apretó los puños y se alejó a paso rápido, golpeando fuertemente la puerta de salida, luego de marcharse del lugar. El resto observaban la escena atónitos.

— ¿Qué acaba de pasar? — Susurró Alfred.

"Yao no me habla. A él tampoco."

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Hola, he vuelto!!
Lamento las tardanzas, todo se debe al nuevo oneshot en el que estuve trabajando, que, por cierto, ya pueden encontrar en mi perfil ;D (Spam everywhere :v)
Een fin, quería darles un par de noticias.
La primera, a esta historia no le quedan muchos capítulos, así que estaré al tanto de terminarla ya.
La segunda, "Inscripciones Carmesí" quedará pausada por un tiempo, ya que en realidad es una historia que requiere más esfuerzo que otras, y está hecha para exprimirla al máximo y ayudarme a mejorar al escribir. Por eso, tardará más de lo dicho.
Peeeeero, para compensar, dentro de poco comenzaré a subir una nueva novela. ¡Le tengo muchas ganas! Es en lo que estuve trabajando estos días. Comenzaré a subirla dentro de una semana, ya que actualmente me encuentro fuera de casa y no tengo mi amada laptop para hacer la portada </3
Espero que sigan bien!
Nos vemos!

Quizás mañana~Drabbles RoChu~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora