Tú y Yo (I)

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«Ella mueve las caderas de una forma espectacular -pensaba-, se mueve armoniosamente con la música... ¿Qué demonios estoy haciendo aquí?»

—¡Hey, Dan! ¡Ven aquí amor!

No quería levantarme de donde estaba. Se me daba bien estar sentado. Me satisfacía el sólo hecho de verla bailar. Pero tomé su mano y fuí con ella.

—No lo haces nada mal. —dijo sonriendo.

Cada vez que me sonreía, notaba esos cristalinos ojos caramelo.

—No te burles...

—No lo hago.

Podía oir el estruendoso sonido de mis amigos que también bailaban. Se burlaban de mí, quizás de la forma en la que bailaba. Pero no lo hacían con mala intención... Ellos estaban felices por mí y, hasta cierto punto, yo me ponía feliz por ellos.

—Gracias. —le dije.

—Calla, no tienes porque decirlo...

Obviamente no tenía porque decirlo, pero realmente lo sentía. Y la emoción del momento, sólo se aprovechó de mí.

—Ahora sí, chicos —dijo Luz—, miren a la cámara. Eso, eso es...

—Ehmmm... No, creo que mejor no. No sé si sea buena idea.

—Vamos, Dan, házlo por mí.

Asentí.

—Eso es Ely, perfecto. Vamos Dante, pela esos dientes hombre. Ahí... ahí va.

Entonces un flash segador, entrecerró mi visión...

Por un momento, me imaginé como terminaría aquella fotografía; yo saldría con una mueca tonta en el rostro, y ella saldría perfecta. Estaba realmente hermosa con ese vestido rojo. Me sentía como en un sueño. Y por ello temía, de pronto, despertar.

...

—Me enloquece el movimiento de tus caderas al bailar —le susurré al oído—. De seguro, ya tengo un espacio asegurado en el infierno por pensar ello.

—¡Pervertido¡ —volvió a sonreír.

Dos Fugaces Universos ParalélosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora