La anécdota que os traigo hoy es un poco diferente. Trata de el día que conocí a Álvaro.
Por ese entonces él tendría unos 22 años, piel morena, ojos verdes y pelo negro. Recuerdo perfectamente ese día, me marcó psicológicamente, cosa curiosa dada mi personalidad.
Lo cierto es que Álvaro estaba llorando en un banco, ya sabeis lo comprensivo que soy y lo que me gusta ayudar a los demás, por lo que me acerqué a él.
Flashback:
Escucho a todo volumen una canción en inglés, no entiendo lo que dice pero me transmite serenidad así que no la cambio y la tarareo mientras camino. A lo lejos veo a unos niños jugando al escondite, riendo escandalosamente, y a la izquierda veo a un niño pequeño de unos cuatro años hurgando en la tierra buscando bichos. Me recuerda tanto a mi de pequeño...
Sigo por el camino de hojas marrones y naranjas. El otoño ha llegado ya, y el paisaje se ha teñido de esos colores. Un cuadro digno de admirar. A un lado del camino un chico llora sentado en un banco. Tiene la cara enterrada en sus manos y maldice en voz alta.
-¡Joder!
-Eh, ¿estás bien tio?- el chico me mira con los ojos llenos de lágrimas sorprendido, por no haberme visto o por mi pregunta.
-¿Perdón?
-Mi nombre es Andrés. Te he visto llorando.
-Te aseguro que no lloro por gusto. Yo Álvaro.
-A ver, no te molestes, sólo quería ver que te pasaba.
-¿Crees que voy a decirte algo? No te conozco.
-Precisamente por eso, ¿quién mejor que una persona que ni te conoce ni conoces y a la que no volveras a ver para contarle tus problemas?
-Mmm...a ver, es que es complicado.
-No creo que sea imposible de explicar,¿no, Álvaro?
-No pero...Bueno, está bien.
Me contó por encima lo que le sucedía, al parecer lo había dejado con su novia de hacia tres años. Había sido él quien cortó con ella, pero sentía como si hubiese sido al revés. No me contó los motivos de la ruptura, pero no pude evitar preguntarle.
-¿Por qué la dejaste?
-Es muy complicado.
-No creo que sea para tanto.
-Lo es.
-¿Te puso los cuernos?-sería comprensible, él corta con ella pero por culpa de la chica.
-No, no. Déjalo ya tio.
-Claro, perdona.- en ese momento vi que tenía una hoja de papel en su lado izquierdo. Parecía una carta.
-Oye, ¿y esa carta?
-Es de ella.
-¿Te ha escrito una carta? ¿No tiene internet o qué?- el sonrió de forma triste y dijo...
-Ella es así, le gusta escribir lo que siente en cartas. Es muy rara. Adorablemente rara.
-Jajaja, tal para cual. ¿Podría leerla?- Álvaro dudó un momento pero acabó accediendo.Me dió la carta, yo la desdoblé y comencé a leerla:
Querido Álvaro: ...