Mis complejos: "Culpable"

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No importa lo que hagas, no importa lo que digas o lo que demuestres... siempre va a ser culpa tuya, siempre van a juzgarte, apuntándote con el dedo, poniendo a todos en tu contra.

No es fácil; lo sé. Me ha pasado y más veces de las que mi mente pudo aguantar.

Ser fuerte, defender tu palabra y aguantar la rabia y las lágrimas puede ser fácil hasta que ya no queda nadie delante de ti, y todos esos sentimientos empiezan a florecer, una vez más, estando en la soledad de tu cuarto.

Acusaciones estúpidas se vuelven en un tema de pelea, de conflictos sin sentido, y las ganas de mandar todo a la misma mierda crecen cada día más, con cada pelea diaria sobre lo mismo del día anterior.

Es difícil convivir bajo el mismo techo con las personas que te miran como si la muerte fuese tu culpa, y más difícil es tener que verles a la cara después de haber llorado por sus acusaciones, fingiendo que todo está bien, que nada te puede afectar cuando, la verdad, es que cada día muere un nuevo pedazo de tu alma.

Escapar de las personas es lo que más vas a desear; quizás pasar más tiempo con tus amigos, lejos de las malas lenguas y del daño que te provocan dentro de tu casa. Quizás querrás pasar tiempo sola en tu alcoba, con la música a volumen máximo y expresando en dibujos o escritos lo que sientes en esos momentos.

Lo que ellos no saben, o ignoran, es que cada día estás más débil, más sensible y las cosas empiezan a darte un poco igual. Tus fuerzas no son las mismas de antes y cada día son menos. No saben las cosas a las que te enfrentas todos los días, no saben las cosas que tienes que soportar; los insultos, la indiferencia y la ignorancia que los demás tienen hacia ti, y lo único que quieres es llegar a casa para estar bien, lejos de esa gente, y sólo te encuentras con más problemas. 

Ignorarlos es un camino, pero no es la solución. Y entonces, ¿cuál es la solución? Pues, no lo sé. Aún sigo trabajando en ésto y las ganas de hacer algo cada vez son menos. Mi vida cambió, mi humor cambió, mi forma de ser cambió. Hace días que no salgo de mi casa y prefiero quedarme dentro a salir... Pero no vine a hablar sobre mi, aunque soy un claro ejemplo de lo que vine a decir.

La cuestión, y mi consejo para hoy, es que dejen que digan lo que quieran, que te culpen de lo que "haces y lo que no haces", que te escupan en la cara todas las acusaciones que tengan para decirte... Y tu sólo dales la razón, diles que es verdad, que tu fuiste la culpable de lo que dicen, que siempre tienes la culpa de todo lo que sucede. Al confirmar sus acusaciones dejarán de decirlas; te lo recordarán un par de veces más, pero ya no serán tan frecuentes y serán más leves. 

A mi me funciona, sigue matando por dentro que no confíen pero calma bastante las aguas...

Complejos de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora