Cuatro

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Y claro que te hecho de menos,
Por eso me echo de más.
Claro que me mata el miedo
si no me puedes salvar.
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No mucho después, Kaito se descubrió completamente solo en el local, detrás de la barra, sentado en el suelo, borrando de la galería de su móvil las miles de fotos en las que aparecía Shinichi, a la vez que trataba de olvidar algunos recuerdos

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No mucho después, Kaito se descubrió completamente solo en el local, detrás de la barra, sentado en el suelo, borrando de la galería de su móvil las miles de fotos en las que aparecía Shinichi, a la vez que trataba de olvidar algunos recuerdos. Los recuerdos que guardaban esas imágenes y más, muchísimos más...

Le costaba borrar las fotos, todo le daba vueltas. ¿Ahora tenía que ser cuando se ponía borracho? Tenía que librarse de los recuerdos cuanto antes mejor, porque sabía que si él seguía en su cabeza, iría a buscarlo, y no, él, supuestamente, estaba muerto...

No, mejor dicho, a él lo estaban matando. Shinichi lo estaba matando de confusión.

 Shinichi lo estaba matando de confusión

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«—Tú no quieres tenerme en esta jaula. —Se puso en pie. Y se atrevió a mirar al detective. Estaba apoyado contra los barrotes de la jaula, con las manos en los bolsillos de su pantalón, estático. Sacó una rosa azul del interior de su chaqueta— Sólo cumples órdenes, ¿verdad —Sacó su mano y alargó el brazo hasta que la flor estuvo justo delante de los ojos de su rival. Éste no pareció ver el obsequio, hasta que Kaito pronunció su nombre—, Shinichi?

El corazón del nombrado dio un vuelco. Dios, cómo había sonado su nombre saliendo de los labios de ese ladrón... Tan provocador, que debió tener prohibido nombrarlo.

Se le escapó una sonrisilla. Ahí se dio cuenta de que se había sonrojado. (¿Qué coño me pasa?) Era tentador tomar la rosa que le entragaba, y quizás, sólo quizás, tener un leve roce con sus dedos enguantados. Pero era Kaito Kid, por Dios.

—Sí, pero de eso vivo, Kaito. —¿De verdad se llamaba Kaito? Daba igual, había sonado bien. Demasiado.

Reitero, ¿qué me está pasando?

i. diez mil por qués, kaishin。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora