Seis

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El caso no es volverte a ver

sino ver cómo vuelves

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El pulso comenzó a fallarle

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El pulso comenzó a fallarle. Pero, ¿por qué? Él quería eso. Él quería acabar con su vida. Ya no quedaban restos de ese mago divertido y excéntrico del que un estúpido detective se enamoró, ahora no era más que un trozo de carne inservible.

Acercó el cristal a su muñeca. De repente, fue como si se hubiera arrancado la piel, porque vio perfectamente el recorrido de sus venas. Eso le facilitaría el trabajo. Sonrió levemente. Pero claro, era una sonrisa rota. Psicópata. Estaba muy borracho.

Antes de que pudiera arrepentirse, el cristal ya estaba recorriendo su piel de izquierda a derecha y, diablos, sí que dolía. Separó el cristal de su muñeca y observó la punta de este. Estaba manchada de rojo. De su sangre. Como un pincel que había pintado una marca difícil de borrar en su piel, su nuevo lienzo donde plasmaría su dolor.

Se había lesionado en el sitio exacto. En la vena. La sangre corría por su muñeca a gran velocidad. Kaito comenzó a llorar. A llorar mientras reía. A reír mientras lloraba. A morir desangrado.

Pero Jii lo encontró. Y lo llevó al hospital.

Jii sabía que el Joven Maestro estaba mal, pero nunca llegó a imaginar que pudiera intentar suicidarse. Ya no lo reconocía. Había cambiado. A los pocos meses de salir con Shinichi.

Shinichi...

Habían puesto a Kaito en una camilla, le habían vendado la muñeca tras conseguir parar la hemorragia y lo habían conectado a un gotero. Había perdido bastante sangre pero no lo suficiente como para preocuparse demasiado.

—¿Cree que el chico necesita un psicólogo? —le preguntó una enfermera, acariciándole el pelo a Kaito inconsciente, cuyo tono de piel era similar al del conde Drácula.

—Tal vez me equivoco, pero creo que eso le estresaría más... —respondió él. Acto seguido, miró al chico con tristeza.

Tenía su móvil entre sus manos. Había recibido recientemente un mensaje de Shinichi. "Te he visto otra vez delante de la casa de Mouri. ¿A qué juegas, Kaito?"

Sopesaba si contestarle o no. Conocía a Shinichi. Era un buen chico. O a lo mejor sólo fingía serlo por su profesión... Bah, qué demonios. Los regalos que él le hizo al Joven Maestro no se los hizo nadie. Las carcajadas que le sacó a Kaito no se las sacó así nadie.

Pero, pensó, que ese no era el momento adecuado para una posible reconciliación.

Fue al cuarto de baño del hospital a comprobar si había algún objeto punzante.

***

Kaito estaba inconsciente, pero soñando.

Estaba en su casa, hablando por video-chat con su madre. De repente aparece Shinichi en la habitación. Y comienzan a jugar al ajedrez. Así, tan normal. Pero el tablero no era negro y blanco, sino completamente rojo.

Él ganó la partida. Shinichi sonrió aceptando su derrota. Luego acabaron en la cama de Kaito. Shinichi estaba encima suya. Besándolo. Y sus besos dolían. Pinchaban. Con cada beso que le daba sentía como si le estuvieran golpeando el pecho. Él se quejaba pero Shinichi seguía besándolo.

—Shin-chan, algo... Algo de aquí es raro. Para, por favor —rogó, con los ojos cerrados, buscando con sus manos el pecho de su novio para apartarlo.

Pero no podía. No sentía sus manos.

Comenzaba a notar ausencia de aire en sus pulmones. Entre beso y beso, no era capaz de tomar oxígeno.

—Shinichi... duele...

—Kaito.

Él oyó su nombre. Sí, lo oyó en la realidad. Se había despertado. Trató de abrir los ojos y lo consiguió. Vislumbró el preocupado rostro de su madre, que tenía los ojos cristalizados.

—¿Qué has hecho, Kaito...? —sollozó, llevándose las manos al pecho. Bajó la cabeza, obligando por la fuerza de la gravedad a que cayera una lágrima.

Kaito negó con la cabeza, confundido. ¿Qué había hecho? No se acordaba.

Miró a su alrededor. Sintió una fuerte punzada en la sien derecha. Apretando los dientes, se llevó la mano derecha a dicha zona. Su mano tenía una aguja inyectada. Ahí cayó en cuenta de que estaba en el hospital.

—¿Qué... Qué hago aquí...?

N/A: siento poner a Kaito como suicida, no podía resistirme :'vNO SÉ ESCRIBIR COSAS ALEGRES

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N/A: siento poner a Kaito como suicida, no podía resistirme :'v
NO SÉ ESCRIBIR COSAS ALEGRES

-eurus♡

update 1/12/21 sigo sin saber escribir cosas alegres ayud

i. diez mil por qués, kaishin。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora