El rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, una Fresia, floreciendo y más fresca que nunca. El rey preguntó:
- ¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
- No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías Fresia. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda".
Así a veces nos pasa a nosotros... Vivimos marchitándonos, en nuestras propias insatisfacciones, en nuestras absurdas comparaciones con los demás.
Si yo fuera, si yo tuviera, si mi vida fuera... si yo, si yo.....
Siempre conjugando un futuro incierto, en vez del presente concreto, empecinados en no querer ver, que la felicidad es un estado subjetivo y voluntario.
Podemos elegir hoy, estar felices con lo que somos, con lo que tenemos o vivir amargados por lo que no tenemos o no podemos ser.
Sólo podremos florecer el día que aceptemos que SOMOS LO QUE SOMOS, que Dios nos hizo únicos e irrepetibles, y que nadie puede hacer lo que nosotros vinimos a hacer.
"Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible. " San Francisco de Asís
El cielo no se equivocó, tu eres la persona perfecta, solo debes descubrir tu misión. Estas aquí con propósito, solo debes descubrir tu razón de ser. Cada ser humano nace con una misión perfecta. Y descubrir, cómo ejecutar esa misión será lo único que te hará sentir plenitud.
Solo tienes la posibilidad de copiar a otros y consumirte en tu confusión de vida o ser tú mismo y lograr la plenitud interna.
¡Se tú mismo!