14 días [Sunggyu Fanfic].

3. Lee Hae Ri.

"Sé mía. Yo te amo, oh. Yo me preocupo por ti, oh. Te voy a proteger hasta el final. Sé mía. Tú me conoces, oh. Me has visto, oh. Yo te protegeré hasta el final".

-Be mine.

Todas las mañanas eran tranquilas de camino a Woollim Entertainment. Desde mi casa no se tardaba mucho en llegar al trabajo pero siempre llegaba un par de minutos tarde debido a que tenía que cruzar un hermoso parque y me entretenía mirando sus flores y árboles enormes.

Mi nombre es Lee Hae Ri, y tenía 25años. Nunca esperé que ese año fuera a marcar un antes y un después en mi vida pero todo comenzó a cambiar de un día para otro. Llevaba ya varios años viviendo fuera de mi hogar, la perfecta y encantadora ciudad de Busan. Mi familia era muy humilde y muy querida, todos conocían a mis padres y a mi hermano mayor el cual ayudaba en la tienda de verduras de una señora de avanzada edad. Desde muy pequeña fantaseaba con casarme con un chico alto, de tez pálida, moreno y de ojos color miel, idealizando a mi tipo ideal como una copia de mi hermano a mayor escala.

Pero nadie sabe nunca de quién se va a enamorar en un futuro.

Gafas, bajito, rechoncho, introvertido, pelo negro y ojos oscuros, así recordaba a mi vecino, y mejor amigo. Habíamos crecido juntos debido a que teníamos la misma edad y nuestras familias eran muy amigas. Él y yo teníamos una amistad más bien fraternal, pero nunca lo vi como un hermano. Para mí, él era el chico de mis sueños cada vez que me metía en cama para dormir, ese príncipe que me regalaba flores y me sonreía a cada segundo. Era la persona que me gustaba y quería estar a su lado siempre.

Un día de camino a casa tuvimos una conversación que me cambió los planes y los convirtió en mi futuro.

" -Me voy a ir lejos.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Es que he decidido que quiero ser cantante, y necesito irme para conseguir mi sueño.

-¿Y tus padres? ¿Te apoyan?

-Mi padre dice que mi vida se irá a la ruina, pero es lo que quiero hacer. Nací para ser cantante, Haeri.

-Doy fe, siempre estás cantando".

Me dijo que se quería ir, y lo apoyé aunque yo no quería dejar de verle, pero sabía que ser cantante lo era todo para él, así que simplemente acepté el hecho de verle marchar. Todos los días estaba pendiente del correo para saber nuevas noticias de él, y cuando me enteré de que lo habían escogido como trainee vi claro que yo no me podía quedar de brazos cruzados. Si él había logrado su sueño, yo también podría hacerlo.

Fue así como comencé a estudiar estilismo y moda. He de admitir que no fue una carrera fácil, pasé mucho tiempo fuera de casa viviendo de malas maneras, pero eso me ayudó a formarme porque comenzando desde lo más bajo de ese mundo me di cuenta de lo difícil que sería poder alcanzar mi meta. Nunca me rendí y, gracias a todo mi esfuerzo, conseguí ganar un nombre y llegué a ser la estilista más joven deseada por todas las grandes empresas de Corea del Sur, pero mi única opción era Woollim para poder ver de nuevo a mi mejor amigo.

Hacía más de diez años que nos habíamos visto por última vez. Cuando él volvía a Busan para pasar tiempo con su familia yo estaba de viaje, incluso nos dejamos de hablar. Él estaba tan ocupado y yo tan concentrada en ser la mejor en mi trabajo que los años pasaron volando sin saber nada el uno del otro. Gracias a que en 2010 él se había vuelto un idol muy reconocido, yo estaba pendiente de las actualizaciones de su grupo para poder seguirle la pista y tenerle controlado, pero él sí que no sabía nada de mí.