Esperanza

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Fue un rápido movimiento...

No lo pude ver... la primera impresión luego de ver el cuerpo de aquella mujer junto con el de su hijo me había dejado lo suficientemente anonadado como para no poder estar pendiente de las auras a mí alrededor.

Y Teijo aprovechó aquello al máximo.

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No se iría con delicadeces... no haría lo clásico de intentar atacarme de alguna manera cuya razón no fuera el quitarme la vida, por lo que solo tomó el cuchillo que guardaba oculto por debajo de su mesa, para después con todas sus fuerzas enterrarlo de un fuerte golpe a mi cabeza, tal que incluso empujó mi cuerpo en contra de la pared, haciendo que mi cabeza nuevamente sufriera otro golpe al chocar con la misma.

—¡Ryo! — lanzó un largo y lloroso grito el niño, a la vez que Teijo simplemente dejaba incrustado el cuchillo, mientras que de mi piel brotaba y a la vez se desvanecía el aura en un vaivén perturbador, debido a que ya ni siquiera era capaz de controlar el estado aural, causando a su vez que la conexión que tenía con Takeru se perturbase como respuesta.

—Tú te vienes conmigo— reconoció Teijo, a la vez que entre cojeo empezaba a tomar a Naoto el cual, sin resultados, intentaba golpear al hombre durante forcejeos en contra del mismo.

Mi cuerpo no respondía... constantemente movía mis brazos, pero estos no seguían mis órdenes, se movían y realizaban acciones completamente aleatorias, a la vez que caía al suelo por la misma gravedad, sin poder quitar la vista de cómo Teijo empezaba a irse del lugar.

Presionando nuevamente el interruptor para cerrar para siempre aquella habitación.

Mis débiles y a veces fuertes balbuceos se escuchaban, a la vez que mi cuerpo temblaba, mientras que Teijo ni siquiera se inmutaba ante aquello.

—Veo que aún sigues con vida... aunque igual no creo que sea por mucho, algo me dice que ya no puedes regenerarte— declaraba ahora con mucha confianza el hombre, habiéndose dado cuenta de aquello debido a la herida de mi cabeza con la que me presenté en el lugar, a la vez que ahora se giraba hacia mí, tirando de igual manera del pelo a Naoto, el cual simplemente lloraba y gritaba enojado ante el trato— debo de considerarme con suerte de que no pensara el utilizar ese cuchillo contra alguien de... tus "características" — empezaba a decir, mientras que las compuertas empezaban a cerrarse— si no... bueno, no hubiera podido darte una muerte tan larga si ese cuchillo hubiese estado hecho con Arkon— decía en sabiondas palabras el hombre, mientras que yo simplemente sudaba, sin poder decir nada ante lo obvio.

—Ahora... simplemente mue— empezaba a decir nuevamente Teijo, pero este se quedó completamente abrumado cuando un brazo de aura se abalanzó sobre el mismo...

Chocando en la pared a unos cuantos centímetros al lado de su rostro.

No podía controlarlo... simplemente intenté sacar un brazo de aura desde mi cuerpo, pero, apenas logrando crear uno amorfo, este se abalanzó sin rumbo fijo, pasando por el lado de Teijo, a la vez que destruía el escritorio, provocando así que las compuertas que comenzaban a cerrarse dejaran de hacerlo; sin embargo, aquel intento de brazo desapareció pocos segundos luego de tocar aquella pared hecha por el metal cuyo nombre Arkon acababa de descubrir.

Nuevamente otra debilidad abordaba mi cuerpo una vez que aquel metal entró en contacto con mi aura, mientras que mis balbuceos continuaban, botando saliva por mi boca en respuesta a no poder controlar mis músculos.

—Supongo que quieres morir lo antes posible... está bien— declaró ahora molesto Teijo, a la vez que arrojaba con bastante fuerza a Naoto, haciendo que este se golpeara la cabeza quedara inconsciente en respuesta.

Yo elijo protegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora