Luces de noche

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Por fin dieron la 01:30. Nerea había preparado una mezcla rara de alcohol que olía bien,  pero hasta llegar allí no lo podía comprobar.

Salimos de su casa y entramos en mi coche,  pusimos música y me encendí un pitillo.  Hacia un poco de frío pero bueno, se podía estar en la calla.

De camino, aunque iba conduciendo,  me dio tiempo a contemplar mi preciosa ciudad bajo la luz de la luna y la luz artificial que desprendían las farolas.

Llegamos al centro y buscamos para aparcar, y también buscamos donde quemar el coche porque  después de 30 minutos buscando donde aparcar,  no encontrábamos nada.

Eran sobre las 02:00 y estábamos en el centro bebiendo sentadas en una plaza gigante donde se reúnen todos para beber ya que no esta perdido entrar con alcohol en los garitos. 

Acabamos la mezcla que anteriormente Nerea había estado preparando en su casa. Así que decidimos entrar en una discoteca donde estban poniendo música que nos flipaba.  Nos pusimos inmediatamente a saltar y a bailar y a cantar la canción.

Después de estar casi media hora bailando sin parar, interrumpió nuestro desacato físico y emocional unas compañeras de la unid de Nere para saludarla.  Yo en mi defensa diré que me senté porque Nerea me dejo sola y además yo estaba cansada.
Mientras masajeaba mis pies descalzos, intentaba distinguir los rostros iluminados por los focos de luz.  No reconocí ninguno.
Veo que Nerea sigue entretenida hablando con sus amigas, por tanto decido salír a tomar el aire y me marcho haciendole señas de que me iba.

Estoy fuera de la discoteca y hay muchas personas aquí fuera.  Están los que salieron a fumar, los que beben antes de entrar,  los que monta su fiesta privada, hay quienes han ligado...  Hay de todo y luego estoy yo.  Saco de mi bolso un pitillo y me lo enciendo. La verdad es que hacia  frío esa noche y recuerdo fijarme en mis puños que estaban de color morado.

Acabe de fumar y fui a la entrada de la discoteca.  Entro y veo que Nerea continua con su charla.  Decido pedir un cubata.  Estaba bebiendo cuando de repente, pasan por mi lado un grupo de chicos muy raros.  Eran guapos físicamente pero tenían sobre sus hombros cierto aire de chulería.  Al igual que yo,  mesos discoteca se giró para ver pasar la procesión de tíos buenos. 
En cuanto pasaron yo me fui a sentar con mi cubata. Me senté con la mente pensativa. No se en que estaba pensado pero lo que fuera, me dieron ganas de ir al baño, así que con mi cubata en mano me fui al baño. 

Cuando acabe salí escopeteada ya que recordé que había dejado el bolso en la mesa solo.  Al salir, abrí la puerta y en ese momento pasaba uno de los tíos buenos que había visto antes.  Fui consciente que podría haberlo matado pero me limité a pedirle perdón y seguir mi camino. 

Llegue a la mesa y allí estaban mis cosas y las de Nerea.

Me  senté y busque mi móvil en el bolso que lo había dejado colgado de la silla.  Cuando consigo por fin sacar el móvil, me juro y  me encuentro con el rostro del chico al que minutos antes, casi le ámbito el brazo. 
Sorprendida dije -Hola. A lo que el me respondió con una sonrisa y continuó diciendo. -Hola,  me debes un cubata.  Lo mire y me reí. Como mucho le debo una disculpa que ya se la había dado.

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⏰ Última actualización: Nov 19, 2016 ⏰

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