.Capítulo 16.

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Narra Cuatro Ojos:

Luego de esa carta que había llegado a mis manos, caminaba por el patio con escalofríos. Con mucho miedo.

¿Lo peor de todo? En este momento estoy sola. Mi hermano y mis primos me dejaron una carta diciendo que fueron a comprar comida y que en un rato volverían.

Escuchaba el más mínimo ruido y quería largarme a llorar.

Para calmar esas ganas decidí mirar una película divertida de Adam Sandler.

Estaba tirada en el sofá con una manta roja que sólo tapaba mis piernas.

Escuché un fuerte ruido en la parte trasera y mis nervios comenzaron a aumentar.

Me levanté lentamente.

Abrí uno de los cajones de la cocina, con intension de agarrar un afilado cuchillo... pero me agarran el brazo bruscamente.

Gritó desesperada, en busca de ayuda o que mi hermano me diga: "Soy yo tonta".

Pero no, era una mano que se me hacia familiar pero no podía reaccionar, sólo gritar.

Empeze a pegar sin ningún control, pero esa persona era demaciado dura y en un sólo tirón, ya me estaba llevando.

-¡Sueltame! ¿Quien eres?- Gritaba una y otra vez seguido de piñas en la espalda, pero no obtenía respuestas.

Comenze a llorar descontroladamente.
El hombre tenía una máscara y estaba todo vestido de negro.

Abrió la puerta de atrás, y del lado de conductor había alguien más, pero era una chica, tampoco la reconocí ya que también estaba vestida de negro.

No reconocía sus voces por el simple echo de que ni siquiera respiraban.
Se tomaban su trabajo muy enserio.

La mano del hombre me comenzó a acariciar la cabeza, y fue bajando lentamente. Y antes de que me tocará donde no quería, le pegue una buena piña donde más le duele.

El hombre sacó sus manos de mi y rápidamente chillo de dolor.

¡Nadie se mete con cuatro ojos!
¡Y menos que interrumpan su espacio personal!

Mi Mejor AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora