Nunca nadie dijo que la vida fuese un paseo, más bien es el dolor de la experiencia el que nos hace el camino.
Por eso siempre vemos que el tiempo se detiene, se para; cuando no tienes la mano de quien quieres para sujetarte en esos altibajos que se nos presentan día a día.
Por ello te digo: dime tus secretos, cuéntame tus historias; hagamos de todo ello un cuento.
Hazme todas las preguntas y te daré todas las respuestas, pide todo y cuanto necesites; pues no hay nada que el ímpetu no pueda conseguir.
Volvamos al comienzo, volvamos al inicio de una historia aún por redactar. Corramos hacia atrás sin dejar de mirar hacia adelante y hagamos que el presente sea más feliz que el pasado y menos triste que lo que está por llegar.
Si dás lo mejor de ti y no tienes lo que necesitas, si gritas y el eco es la única respuesta, pero no la que necesitas; si quieres volar pero hay pesas que te atan a la tierra:
dale simplemente la vuelta.
Piensa que el cielo es tierra y que el eco es esa voz que siempre quieres escuchar.
Así que te digo: grita, salta, vuela y quiere.
Llora pues no todas las lágrimas son malas ni tampoco todas las sonrisas buenas; no tengas miedo al presente pues tu eres suficientemente fuerte para hacerle frente.
Y si todo eso no es suficiente, aquí estaré yo; para ayudarte a reescribir cada una de esas palabras que el destino dice que están por venir.
B.Feijoo
